Guillermo Correa Camiroaga
Siguen adelante con la reconstrucción. Si bien la Seis meses han pasado desde el catastrófico incendio en los cerros de Valparaíso y sus habitantes etapa de emergencia ya pasó y en un alto porcentaje las soluciones de emergencia han paliado en gran medida los problemas habitacionales derivados del siniestro, hay sectores en donde este proceso todavía no ha concluido. En el Cerro Merced, por ejemplo, se pueden observar numerosos sitios vacíos que no cuentan siquiera con mediaguas de emergencia.
Como he relatado en crónicas anteriores la ausencia de voluntarios es total y da cuenta de que la gran marea solidaria inicial sólo obedeció a un impulso asistencial, pero que desgraciadamente los sectores más conscientes o “politizados” no supieron evaluar como una situación que les hubiera permitido insertarse en los sectores realizando un trabajo de base que, sin duda alguna, es lo que estratégicamente puede ir en el tiempo dando sus frutos en relación con la organización popular y la toma de conciencia por parte de los pobladores de cuáles son las causas de fondo que determinan finalmente su situación de vida.
Los estudiantes , en términos generales, no lograron aprovechar esta situación para dar un salto cualitativo que fuera más allá de sus demandas reivindicativas en torno a la educación, entendiendo que éstas forman parte de un todo inherente a un modelo de sociedad instaurado paciente y profundamente a partir del golpe de estado de 1973 y no son consecuencia de problemas particulares como el lucro o la calidad de la educación que sólo representan el síntoma de una enfermedad mayor llamada privatización de la educación. Aún cuando en los discursos de los líderes estudiantiles mas ideologizados se plantea esta problemática cuestionan directamente al modelo neo liberal, esto no se refleja para nada en su práctica concreta y un ejemplo de ello es lo que he planteado en el párrafo anterior en relación con la ausencia de un trabajo político en los sectores poblacionales afectados por el megaincendio. Trabajos puntuales poblacionales existen, sea en centros culturales, clubes deportivos o centros comunitarios, pero la mayoría de ellos ya existía como tal antes del incendio.
Siguen adelante con la reconstrucción. Si bien la Seis meses han pasado desde el catastrófico incendio en los cerros de Valparaíso y sus habitantes etapa de emergencia ya pasó y en un alto porcentaje las soluciones de emergencia han paliado en gran medida los problemas habitacionales derivados del siniestro, hay sectores en donde este proceso todavía no ha concluido. En el Cerro Merced, por ejemplo, se pueden observar numerosos sitios vacíos que no cuentan siquiera con mediaguas de emergencia.
Como he relatado en crónicas anteriores la ausencia de voluntarios es total y da cuenta de que la gran marea solidaria inicial sólo obedeció a un impulso asistencial, pero que desgraciadamente los sectores más conscientes o “politizados” no supieron evaluar como una situación que les hubiera permitido insertarse en los sectores realizando un trabajo de base que, sin duda alguna, es lo que estratégicamente puede ir en el tiempo dando sus frutos en relación con la organización popular y la toma de conciencia por parte de los pobladores de cuáles son las causas de fondo que determinan finalmente su situación de vida.
Los estudiantes , en términos generales, no lograron aprovechar esta situación para dar un salto cualitativo que fuera más allá de sus demandas reivindicativas en torno a la educación, entendiendo que éstas forman parte de un todo inherente a un modelo de sociedad instaurado paciente y profundamente a partir del golpe de estado de 1973 y no son consecuencia de problemas particulares como el lucro o la calidad de la educación que sólo representan el síntoma de una enfermedad mayor llamada privatización de la educación. Aún cuando en los discursos de los líderes estudiantiles mas ideologizados se plantea esta problemática cuestionan directamente al modelo neo liberal, esto no se refleja para nada en su práctica concreta y un ejemplo de ello es lo que he planteado en el párrafo anterior en relación con la ausencia de un trabajo político en los sectores poblacionales afectados por el megaincendio. Trabajos puntuales poblacionales existen, sea en centros culturales, clubes deportivos o centros comunitarios, pero la mayoría de ellos ya existía como tal antes del incendio.
Conversando con Mauricio Salazar, poblador del sector que dirige el Centro Cultural Las Cañas, lo anteriormente expresado queda totalmente confirmado, ya que manifiesta que ellos siguen adelante con su trabajo poblacional cada vez con menos recursos, realizando distintos talleres orientados principalmente a niños y jóvenes y , si bien reconoce el apoyo de distintos estudiantes, relata que esto no obedece a un plan global desarrollado por alguna federación estudiantil , sino que obedece a iniciativas puntuales de algunas carreras o estudiantes en particular y no a un trabajo permanente. Asimismo recalca que, de una u otra manera, están acostumbrados a trabajar en estas condiciones y seguirán adelante tratando de organizar a la población para que pueda ser protagonista en la solución de sus problemas, pero ellos están abiertos a recibir a quien quiera acercarse a realizar un trabajo de base y su sede está a completa disposición para esto.
Respecto a cómo ve el trabajo de reconstrucción desarrollado por el gobierno y sus instituciones explica que todavía no hay claridad de plazos para las distintas etapas y tampoco los vecinos todavía tienen claro los diferentes mecanismos para acceder a los distintos beneficios o subsidios, ya que la información sigue siendo poco clara o confusa, sobre todo teniendo en cuenta las distintas realidades existentes entre los damnificados.
En estos momentos se está desarrollando en el Centro Cultural Las Cañas un taller de electricidad en donde participan estudiantes de un instituto de formación técnica dependiente de la Universidad de Playa Ancha, con el objetivo de aplicar estos conocimientos en la solución de los problemas eléctricos de los pobladores del sector. Este taller se lleva a efecto coordinadamente con el apoyo del Centro Cultural del Cerro Cordillera.
Mauricio, el dirigente de este centro cultural, también plantea de cómo los enormes recursos del estado que están a disposición para la reconstrucción de los sectores afectados por el incendio van a parar directamente a empresas privadas de construcción, que ofrecen variadas ofertas de viviendas a los pobladores. Se puede apreciar la presencia de estas empresas ofreciendo sus servicios en distintos lugares de los cerros, de lo que se desprende que detrás de esta tragedia están presentes los “emprendedores”, quienes aprovechan esta situación para lucrar. Esto, además, es estimulado por el gobierno chileno y la entrega de recursos a privados para la solución de los problemas, lo que obedece a las directrices del modelo neoliberal imperante, en donde el estado cumple un rol subsidiario. De esta manera los propios pobladores, muchos de ellos obreros de la construcción con capacidades para llevar adelante estos trabajos de reconstrucción, no tienen ninguna posibilidad de acceder en forma directa a estos recursos, nos comenta este dirigente. Incluso nos relata que estas empresas emplean a sueldos miserables a los pobladores del sector para llevar adelante los trabajos de reconstrucción.
Tanto en el Centro Comunitario Las Huaitecas del sector alto de El Verguel, como en el Club Pajonal del Cerro Merced, se puede también apreciar que siguen desarrollando trabajos en el sector, pero la ausencia de voluntarios y de un trabajo de base más potente en Centros Culturales o Comunitarios autónomos ha dejado la vía libre a las instituciones gubernamentales para que lleguen sin contrapeso a desplegar su que hacer asistencial. Van desarrollando así un trabajo individual que va entregando beneficios en forma particular, diferenciada y parcializada lo que sirve para ir dividiendo el accionar de los vecinos. De esta manera se impide la organización unitaria y la lucha conjunta de todos los sectores afectados en la solución global de sus problemas.
Delegado Presidencial para la Reconstrucción
El día sábado 25 pude presenciar una reunión entre vecinos del sector El Pajonal con el Delegado Presidencial para la Reconstrucción, Andrés Silva. Los pobladores plantearon una serie de inquietudes que dieron cuenta de la falta de información para acceder a los distintos beneficios a disposición por parte del gobierno para los damnificados, solicitando la presencia permanente en las oficinas instaladas en el sector de un funcionario que oriente en forma clara al respecto.
En lo principal, el Delegado respondió a los pobladores reiterando la “libertad” que tenían para elegir la mejor solución que estimen conveniente los vecinos de acuerdo con las distintas alternativas habitacionales que se desarrollen, puntualizando que ya existe aprobado un proyecto habitacional privado en dicho lugar y que si se organizan pueden presionar por tener acceso a dichas viviendas, lo que no significa, puntualizó, que personas de otros lugares puedan invertir allí. Es decir, para el Delegado la solución es un tema “entre privados” en donde el estado pone los recursos necesarios a disposición para la solución individual, caso a caso, de los problemas.
Los anuncios de obras de gran envergadura u “ofertones” por parte del Delegado Presidencial también estuvieron a la orden del día y se centraron principalmente en la pavimentación y continuación de la Avenida Alemania y la intervención con una obra de “ingeniería mayor” a nivel de la quebrada ubicada bajo la cancha de las palmeras, ante lo cual uno de los vecinos que manifestó trabajar desde hace muchos años como funcionario municipal le hizo presente que dichos proyectos no son ninguna novedad para ellos ya que están ingresados en la municipalidad desde hace más de cuarenta años y numerosos gobiernos y personajes han venido hablándoles y ofreciéndoles lo mismo en reiteradas y diferentes oportunidades.
Los vecinos quedaron con sus carpetas llenas de documentos bajo los brazos, sin saber todavía cuántos documentos más les solicitarán, con plazos poco claros , con muchas promesas, pero con problemas concretos e inmediatos sin solucionar como el derrumbe de una ladera de cerro producido hace un par de meses, con postes de luz y tendido eléctrico por el suelo y que está ubicado apenas a unos ciento cincuenta metros del lugar en donde se realizó esta reunión o la falta de agua en los grifos del lugar que puso en duros aprietos a los bomberos en el control de un incendio que se produjo el martes recién pasado que consumió tres mediaguas levantadas en sitios en donde existieron viviendas arrasadas anteriormente por el megaincendio , ubicadas también a escasos metros del lugar de reunión, y que gracias a la ausencia de viento ese día no se produjo la propagación del siniestro a una mayor escala.
Pero en estos sectores marginados, ubicados en los sectores altos de Valparaíso y en donde sus habitantes están acostumbrados a sobrellevar sus carencias con entereza y esfuerzo, la madre naturaleza en este período de primavera, aún cuando en varias ocasiones ha cubierto el ambiente porteño con la vaguada costera, ha llenado de flores y colores las laderas de los cerros y quebradas, adornando el entorno de las humildes y precarias viviendas de emergencia que se han levantado en los sectores afectados por el catastrófico incendio ocurrido a principios de abril de 2014.
Valparaíso 26 octubre 2014
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