Guillermo Correa Camiroaga, Valparaíso 21 de julio 2016
Una vez más los habitantes de Valparaíso han debido sufrir las consecuencias provocadas por el cerco con que amaneció este miércoles 20 de julio el entorno del Congreso Nacional. El perímetro enrejado impidió el desplazamiento de la locomoción pública por la principal vía de Valparaíso, la Avenida Pedro Montt. Debido a esto no se podía transitar entre Avenida Argentina y la calle Simón Bolívar, provocando serias dificultades y tacos en el tráfico vehicular, además de entorpecer el normal desplazamiento peatonal. Los buses que salen desde el terminal rodoviario ubicado frente al Congreso debieron modificar su dirección de salida, realizando maniobras en contra del tránsito para utilizar la calle Chacabuco, la que naturalmente ya se encontraba saturada de locomoción por los cortes de tránsito que, por lo demás, no son debidamente informados ni programados, como los mismos choferes de la locomoción colectiva comentan. No tener idea del motivo del caos del tránsito fue la respuesta dada por el conductor ante la pregunta de una pasajera. Otro pasajero del bus le comentó que era “porque parece que viene la señora”, frase coloquial que deja en evidencia el descrédito y la bajísima aceptación en las encuestas de la Presidenta Michelle Bachelet .
Las porteñas y porteños fueron víctimas, una vez más, del accionar prepotente e indolente de las autoridades que- temerosos hasta de su propia sombra- realizan exagerados “protocolos” de seguridad para prevenir alguna manifestación que pueda alterar la tranquilidad de sus sensibles individualidades. Así, la elite parlamentaria, junto a la Presidenta de la República, que se ufanan en cuanta entrevista pueden en definirse como “representantes de la ciudadanía”, demuestran un temor absurdo, casi patológico, a quienes precisamente dicen representar.Frente a la entrada principal del Congreso no había más de 20 personas esperando la llegada de Michelle Bachelet , mientras por la alfombra roja desfilaban hacia el interior del edificio legislativo distintos personajes políticos, autoridades ministeriales, diplomáticos y uniformados de alto rango, quienes alegremente se saludaban y amalgamaban como en el tango “Cambalache”, para ir a escuchar la Cuenta Pública del Poder Legislativo, en discursos del Presidente de la Cámara de diputados y el Senado respectivamente.
Sin duda alguna el interior de la sala del Congreso Nacional estaba repleto de invitados “elegidos con pinza” por las mismas autoridades y parlamentarios, mientras en las afueras “penaban las ánimas” como un mudo testimonio del repudio generalizado de parte de los y las ciudadanas hacia las elites políticas. Y este es un proceso que sigue día a día profundizándose, a medida que van apareciendo nuevas situaciones irregulares, ilegítimas e inmorales, aún cuando quienes se favorecen de ellas argumenten su legalidad. El modelo neoliberal implementado a sangre y fuego durante la dictadura cívico militar, aceptado y profundizado por los sucesivos gobiernos civiles, ha empezado a mostrar sus síntomas putrefactos, los cuales se cuelan por el maquillaje de inmaculada probidad que por años las elites y poderes fácticos han pregonado y lentamente va mostrando su verdadero rostro.
Las porteñas y porteños fueron víctimas, una vez más, del accionar prepotente e indolente de las autoridades que- temerosos hasta de su propia sombra- realizan exagerados “protocolos” de seguridad para prevenir alguna manifestación que pueda alterar la tranquilidad de sus sensibles individualidades. Así, la elite parlamentaria, junto a la Presidenta de la República, que se ufanan en cuanta entrevista pueden en definirse como “representantes de la ciudadanía”, demuestran un temor absurdo, casi patológico, a quienes precisamente dicen representar.Frente a la entrada principal del Congreso no había más de 20 personas esperando la llegada de Michelle Bachelet , mientras por la alfombra roja desfilaban hacia el interior del edificio legislativo distintos personajes políticos, autoridades ministeriales, diplomáticos y uniformados de alto rango, quienes alegremente se saludaban y amalgamaban como en el tango “Cambalache”, para ir a escuchar la Cuenta Pública del Poder Legislativo, en discursos del Presidente de la Cámara de diputados y el Senado respectivamente.
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