“Ir por la vida sin maletas, o lo que es peor, sin nada que llevar
dentro de una maleta, para mí está bien, uno se lleva a sí mismo y con eso
basta”.
Este es uno de los tantos poemas o reflexiones que desde
hace varios meses aparecen escritos sobre las veredas y paneles del sector de
Avenida Argentina, en las vecindades de la Universidad Católica y del centro
comercial que colinda con el Pasaje Quillota.
Me habían llamado la atención estos “cuadernos peatonales”
por la forma armónica de su escritura y el contenido de las mismas. No soy
ningún especialista en literatura ni nada por el estilo, pero como un simple
peatón que caminaba sobre estas páginas escritas sobre el cemento no me dejaron
indiferente. Lo
más llamativo fue la palabra “Mendigo” con la que aparecían firmados estos
versos, pero las primeras ocasiones no vi a nadie cerca de ellos. Tiempo
después, al pasar nuevamente por el lugar pude observar a un hombre “en
situación de calle” que, alzando un trozo de cartón yeso o volcanita, indicaba
ser el autor de los numerosos escritos presentes en el área. Luego de varias ocasiones en que seguí
observando cómo los versos aparecían en otros lugares, pensé en tratar de
averiguar algunas cosas sobre este curioso personaje, y el pasado día miércoles
me detuve algunos minutos a conversar con él
. ¿Cuándo empezaste a escribir?
“Yo escribo desde muy ”cabro”, desde que salí de la básica. Cuando
entré a la media empecé a escribir. Tengo miles de escritos. Además que me
gusta mucho leer.”
¿Dónde estudiaste?
“En San Bernardo, en Santiago. Después estudié dos años de Educación
Básica en la universidad en Santiago y dos años de Sicología acá en
Valparaíso.”
¿Cuándo llegaste acá a Valparaíso?
“Hace como 8 a 10 años que llegué por estos lados.”
Mientras conversábamos numerosos transeúntes pasaron por el
lugar, algunos miraban los escritos, otros tantos miraban de reojo a “Mendigo”
y los menos dejaban caer una moneda al lado de la frazada sobre la que estaba sentado.
También un par de personas, que deduje eran del sector, lo saludaron amigable y
coloquialmente.
“Eso se trae, es un talento, los talentos y los dones se traen. Más que un don, el ser artista se trae, cualquier tipo de arte. No saca nada uno con estudiar pintura si terminando la profesión no va a pintar bien. El arte es entregar, entonces si la pintura no te entrega nada…, eso se trae, está en el ser.”
¿Cómo es la relación con la gente que pasa, con los estudiantes, te toman en cuenta?
“Si mucho. Conversan conmigo. Por algo escribo en la calle. Empecé a escribir y no dejé de escribir al público, escribir públicamente. Eso hace como un año o un año y medio.”
¿Cuál es tu nombre?
“Fares, me llamo Fares, pero me gusta el nombre “Mendigo”.
Transcribo a continuación algunos de los escritos que
fotografié:
“Y ahora, te recuerdo, he aprendido a sentir, a encontrar sentido a las
cosas, una razón última para todo lo que hacía, y eso me ha liberado de ese
temor que antes, en ciertas noches de desvelo, llenaba mi espalda de sudor
helado. No era miedo sino “tristeza”.
“Siempre que sopla el viento, arrastra más sueños del hombre que nubes
del cielo”
“Y ahora estoy seguro “de la manera
incierta, inconexa, blanda”, en que todo pasa, “digo” y recibo el mundo
bajo el manto atolondrado del aturdimiento, producto de mi “magra
idiosincrasia””
“Hay personas que observan las reglas del honor y las reglas de la
vida, como se observan las estrellas, desde muy lejos”
“Hundíase en un tiempo triste, crepuscular; en ese tiempo de nostalgias
parecidas a esperanzas y de esperanzas parecidas a nostalgias en que la
juventud ya se fue y aún la vejez no vino”
Guillermo Correa Camiroaga, Valparaíso 23 de marzo 2018
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