La construcción de Memoriales tiene distintos objetivos, siendo uno de ellos el dejar constancia material, de una parte de la historia popular narrada por sus propios protagonistas.El día sábado 27 de septiembre, en la localidad de Pichilemu, sexta región, se inauguró una escultura en memoria del combatiente popular Luis Lopetegui, el cual siendo un campesino, un obrero agrícola, se integró a trabajar en la época de la Unidad Popular con un grupo de compañeros del MIR, con quienes tuvo la posibilidad de desarrollar sus capacidades intelectuales y optar por transformarse en un militante comprometido con la lucha por la liberación. Detenido durante los primeros días del golpe de estado de 1973 fue posteriormente expulsado del país, conmutando su pena por extrañamiento en el año 76. En el exilio tomó la decisión de prepararse para volver a combatir en contra de la dictadura, asumiendo la Política de Retorno impulsada por el Movimiento de Izquierda Revolucionaria. Regresó clandestinamente a Chile y en esta lucha entregó su vida el año 1987.El Memorial de Luis Lopetegui se ubica en el paseo de la costanera de Pichilemu, en las vecindades del “barco fantasma”, antiguo edificio con forma de nave, lugar donde funcionó una célula del MIR a la cual perteneció Luis.
Desde la Quinta Región un grupo de compañeras y compañeros
asistieron a la ceremonia oficial de inauguración del Memorial de Pichilemu,
donde además estuvieron presentes representantes de la Municipalidad, de
Organizaciones de Derechos Humanos, de Ex Prisioneros y Prisioneras Políticas, integrantes de la Juventud
Guevarista, como asimismo compañeros de lucha
y familiares de Luis Lopetegui.
Omar Rubio, ex dirigente del MIR en Pichilemu, encargado del
trabajo político realizado a partir del Departamento de Asistencia Social y
dentro del Plan de Absorción de la Cesantía impulsado por el gobierno de
Salvador Allende, que funcionaba en “el
barco fantasma”, lugar que se transformó en el centro de operaciones y de formación de militantes miristas de dicha
zona, relata:
“Aquí creamos una célula del MIR en 1971. Organizamos la Cooperativa de
los Salineros de Cahuil, quienes por primera vez en sus vidas pudieron vender
directamente su producción, pues antes hubo un señor almacenero que se
apropiaba de la sal, a cuenta del crédito por la adquisición al fiado de
mercadería, creamos la Cooperativa de
Pescadores Artesanales, proveyendo dos embarcaciones a motor, para promover la
pesca y extracción de mariscos. Nos tomamos el aserradero Millaco, exigiendo
cumplimiento a las leyes laborales. Intentamos organizar a los trabajadores de
la hacienda Tanumé, que vivían sometidos a una verdadera esclavitud. Allí descubrimos
la existencia de calabozos dotados de instrumentos de tortura.
Aquí hicimos mítines y desfiles callejeros. Pintamos murallas con
consignas libertarias, repartimos literatura e intentamos concientizar al
pueblo, y apoyar desde la izquierda revolucionaria al gobierno del Presidente
Allende.
Aquí en el Barco Fantasma funcionábamos nosotros y se instauró un
proyecto del Gobierno Popular para absorber cesantía y generar mejores
condiciones laborales para los sectores más pobres de esta ciudad de Pichilemu.
Luis,
como le he contado a otros compañeros, llegó acá siendo prácticamente
analfabeto, pero empezamos a ayudarlo
para que se superase y rápidamente aprendió, transformándose en un incansable
lector.
Él no necesitaba saber lo que era
la pobreza y la opresión, porque ya la había experimentado, pero empezó a tener
más información respecto a qué pasaba realmente y el por qué en este país había
pobres y había ricos. Él no tenía claro porque tenía que ser así. Aquí con
nosotros fue aprendiendo esas cosas y en forma muy rápida.
Luis llegó a trabajar con
nosotros cuando tenía 16 a 17 años y para el golpe de estado tenía 18 años. Fuimos
detenidos y encarcelados en San Fernando. A Luis le conmutaron su pena de
presidio por extrañamiento y fue expulsado a Francia. En ese país, en los años
80, se integra a la política de Retorno del MIR. Regresa clandestino al país, a
sabiendas a lo que se exponía, consciente de que arriesgaba su vida. Nosotros no queremos plantear que Luis
Lopetegui y todos los demás combatientes que cayeron, hombres y mujeres, son
víctimas, sino que queremos resaltar su calidad de combatientes del pueblo,
revolucionarios del pueblo. Este Memorial es en honor a este
compañero obrero agrícola que se transformó en un combatiente popular
revolucionario. Luis Alberto Lopetegui Moraga es un héroe de
la clase obrera, el pueblo y el Movimiento de Izquierda Revolucionaria.”
Después de descubrir el Memorial se ofreció la palabra a las
compañeras y compañeros presentes.
Carlos, un compañero de militancia, oriundo de Pichilemu,
manifestó:
“Quiero agradecer a Omar, porque él hace posible la existencia de este
Memorial. Si no fuera por Omar, aquí en Pichilemu se olvidan de la existencia
de Luis, se olvidan de la existencia del “barco fantasma”, nunca existimos
nosotros. Se olvidan, porque no les interesa, no le es conveniente recordar que
nosotros estuvimos acá, que llevamos adelante una lucha, que quisimos cambiar
un país y nosotros fuimos parte de esa historia.
Con Luis compartimos mucho y estuvimos siempre juntos. Estuve con él
hasta el día antes del golpe, porque el lunes 10 me fui a Santa Cruz y por esas
cosas de la vida me salvé de caer preso. Todo esto se habría olvidado si
no se hace este Memorial (…) Luis fue uno de los valientes que
retornaron del exilio a combatir a la dictadura. Yo estuve luchando
clandestinamente durante 12 años y por razones de seguridad, que se hicieron
insostenibles, tuve que salir al exilio el año 85. Mientras iba para afuera,
Luis venía hacia Chile. Nos cruzamos en el camino. Como
les decía, él tuvo la valentía de volver junto a otros compañeros. Muchos
cayeron, pero también hay muchos vivos. Por eso aprovecho también de hacer un
homenaje no solo a quienes cayeron, sino también a los que están vivos.”
Lautaro, integrante de la Juventud Guevarista de Valparaíso,
en parte de su intervención expresó:
“Muchas veces se deja de lado la historia de estos combatientes y se
piensa que la democracia se ganó gracias a un plebiscito, a través de una
votación. Nosotros como juventud revolucionaria estamos claros que eso se logró
gracias a los cientos y cientos de compañeros y compañeras que dieron la vida,
o que lucharon y siguen resistiendo hasta hoy en día y que son un ejemplo de lucha para nuestras
generaciones, para nosotros que somos las generaciones nuevas. También creemos
que es importante retomar el ejemplo de estos compañeros, porque fueron capaces
de dar hasta su vida para construir la organización de la revolución, para
construir el socialismo (…)
Pensamos que con estos actos se contribuye cada vez más a que estas
cosas se conozcan, que la gente comprenda que Chile tiene héroes populares que
ayudaron a construir la historia de este país (...)Hoy día, tenemos el deber de
trabajar en la forma más decidida y fuerte posible para construir la
organización o el partido de la revolución, que vuelva a dar esperanza al
pueblo y que sea capaz de organizar todas estas luchas que están separadas en
distintas partes del país y que no tienen conexión. Hoy es más necesario que
nunca articular todas esas luchas para retomar el ejemplo de estos compañeros.”
Aprovechando la oportunidad que se encontraba presente la
artista ISIS RÍOS, autora del Memorial, le hice un par de preguntas respecto de
su obra.
Isis, ¿cómo llegaste a la imagen plasmada en el Memorial y
qué significado tiene?
“De acuerdo a lo que me relataron, de que Luis era un hombre de la
tierra, un labriego de acá de la zona, entonces yo coloqué en la escultura el
árbol de la vida y una horqueta. El árbol de la vida significa una entrega
total del universo, y eso fue lo que Luis hizo a través de su acto tan
altruista, de entregar la vida por lo que creyó y lucho, de entregar la vida
por todos, por construir una nueva sociedad sin injusticia.
¿Y las tres columnas?
Las tres columnas tienen un
sentido cósmico, está presente en muchas cosmovisiones indígenas, en muchas
religiones y en la filosofía mística. Representa la energía cósmica en que Luis
se transformó después de su muerte.
También hay una frase en una de las columnas…
La frase que unifica al conjunto la creó Omar, complementando el
significado del árbol de la vida, ya que dice:”La semilla rebelde no muere,
germina”. Yo había propuesto en un primer momento colocar además un fusil, porque
así combatió Luis, pero eso se desechó, porque lo importante era destacar su
condición de obrero agrícola, representado en la horqueta.”
Como finalización de esta actividad de Memoria, se le hizo
entrega a Ramón Moraga, hermano de Luis Alberto Lopetegui Moraga pañuelos rojos bordados con su nombre
en letras negras, simbolizando los colores rojinegros del Movimiento de
Izquierda Revolucionaria (MIR).
Guillermo Correa Camiroaga, Valparaíso 27 septiembre 2018
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