El simbolismo que encierra esta serie de acciones, que se
han replicado a lo largo del territorio nacional, expresan el enérgico rechazo
de las y los estudiantes a un sistema educacional privatizado, acorde con el
modelo neoliberal imperante, que en la práctica ha trasformado en una mercancía
este derecho fundamental del ser humano, permitiendo el lucro y profundizando la
segregación social, como año tras año queda demostrada en los resultados que
arrojan esta Prueba de Selección Universitaria.
El vocero y la vocera
de la ACES, Víctor Chanfreau y Ayelen Salgado, respecto a los motivos que los
han llevado como organización a convocar a este boicot, han manifestado, entre
otras cosas, lo siguiente:
“Desde el 2006 que nos venimos movilizando, no solo contra la PSU y
este instrumento de segregación para el ingreso a la educación superior, sino
que en general contra la educación de mercado. En ese contexto, que es de lucha
y movilización, que hoy día entendemos que es la oportunidad. Se ha hecho
famosa la consigna “Ahora o nunca”, por eso nos movilizamos contra esta prueba
que ha dejado a muchas generaciones fuera de la educación superior solamente
porque no tienen plata para un Preuniversitario, no tienen la plata para un
colegio privado, por lo que las posibilidades son muy pocas para poder estudiar
en la educación superior o lo que realmente se quiere estudiar. La PSU es
expresión de la educación como un bien de mercado, donde solo los ricos pueden
pagarse una buena educación, ingresar a la educación y después seguir viviendo
en su burbuja, mientras que las generaciones que no tienen esa capacidad de
acceso, simplemente no pueden hacer ingreso a la educación superior. Para
nosotros, más que una prueba de selección es una prueba de segregación.”
“Hay que entender también que la PSU se está dando en un contexto que
no es de normalidad, como lo han querido vender, sino que es de movilización
constante, en donde tenemos la violación constante de los Derechos Humanos por
parte de las fuerzas de seguridad. A
esta demanda histórica que tiene el movimiento estudiantil, le agregamos
la Propuesta de la ACES, que es del año 2011, en donde apuntamos a un cambio
educativo completo. La PSU y las pruebas estandarizadas son solo la punta de
este iceberg que es la educación de mercado.”
No es necesario ser especialista en la materia para pensar
que el stress “normal” con el que las
alumnas y los alumnos llegan a rendir
esta prueba en esta ocasión debe haber sido mucho mayor que en años anteriores
debido a la convulsionada realidad social presente en nuestro país, por más que
el gobierno y las elites busquen desesperadamente ignorar y esconder, a lo que hay que agregar la realización de estas acciones de boicot,
como otro factor adicional de incremento del stress.
Si a lo anteriormente planteado le sumamos el hecho de que
han sido numerosos los recintos
educacionales, en distintas ciudades de Chile, en donde se suspendió la
rendición de este examen, la respuesta inmediata por parte de las autoridades
encargadas debiera ser la de anular en forma definitiva la PSU, para sentarse a
dialogar con los alumnos y alumnas, las profesoras y profesoras, y la comunidad
educativa en general, con el objetivo de comenzar un proceso que busque caminos
orientados a recuperar una educación pública, gratuita y de calidad, por la que
desde hace muchos años se está luchando.
Guillermo Correa Camiroaga, Valparaíso 06 enero 2020
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