Guillermo Correa Camiroaga
La memoria, al igual que un caleidoscopio, se va construyendo fragmento a fragmento y tiene múltiples miradas. En nuestro pasado reciente el rescate, recuperación y conformación de la Memoria Histórica ha sido abordado desde diferentes ámbitos y distintos puntos de vista. Las siete instalaciones artísticas que forman parte de la muestra “Memoria Viva 1973-2016” en el Consejo Nacional de la Cultura y de las Artes en Valparaíso así lo demuestran. Todas ellas forman un caleidoscopio de imágenes y elementos que incluso se proyectan hacia el espacio abierto de la Plaza Sotomayor, en donde unas sillas suspendidas cabeza abajo en el frontis del edificio representando la temática de los Detenidos Desaparecidos lanzados al mar, se enfrentan simbólicamente con el vecino edificio de la Comandancia en Jefe de la Armada de Chile y tienen como telón de fondo, más allá del monumento de Arturo Prat, el océano Pacífico.
En palabras de la autora de esta instalación, Janet Toro : ”El puerto de Valparaíso retiene una memoria oscura, sellada en pactos implacables. Este es el punto de partida de esta obra. Consistente en una reflexión sobre los brutales secretos que contiene el mar debajo de sus olas: el horror de los cuerpos lazados desde helicópteros a las profundidades marinas, el horror de los cuerpos torturados en diversos barcos de la Armada. La instalación consistente en sillas colgadas de forma invertida, separadas; cuyas trayectorias nos evocan un vacío, seres humanos caídos, seres humanos violentados, seres humanos ausentes…”
Sospechosamente alguien manipuló la tarjeta de presentación de esta obra ubicada en el costado izquierdo de la puerta principal del Consejo de la Cultura, borrando la descripción y dejando sólo el nombre de la autora. Pero este hecho, aún cuando lo repongan más adelante, ahora también forma parte de esta memoria.
Al ingresar al hall del primer piso destacan unas figuras gigantes de goma roja infladas representan esculturas y monumentos de la ex Yugoslavia, según me entero al leer la descripción de la instalación de Camila Ramírez Gajardo hecha por el curador argentino, Rodrigo Alonso, quien expresa que la artista “… recurre a un conjunto de arquitecturas conmemorativas dispersas en la geografía de la ex -Yugoslavia(…) reflexiona aquí sobre la deriva de los ideales socialistas que signaron territorios, imaginarios y utopías en un momento específico de la historia de nuestra civilización .” A mi modo de ver esta instalación no guarda relación con todas las demás expresiones artísticas de la muestra, ya que ellas dicen relación con la memoria histórica de nuestro país.
En el costado izquierdo de esta misma sala podemos observar una muestra fotográfica perteneciente al Archivo de la Vicaría de la Solidaridad, imágenes que fueron captadas por el fotógrafo Luis Navarro y se relacionan con el descubrimiento de las fosas clandestinas de los hornos de Lonquén , hecho que permitió conocer en forma concreta la existencia de Detenidos Desaparecidos en Chile y el horror de los asesinatos cometidos por agentes de la dictadura, gracias a que un campesino se acercó a la Vicaría de la Solidaridad y relató haber encontrado cuerpos humanos en un horno de cal. Debido al impacto provocado por este descubrimiento, no sólo a nivel nacional , sino también mundial, el dictador Pinochet ordenó la denominada “Operación Retiro de Televisores” que consistió en la remoción, destrucción y desaparición definitiva de todos los cuerpos enterrados clandestinamente a lo largo del territorio nacional , en algunos casos dinamitándolos y en otros lanzándolos al mar. Una siniestra experiencia, sin duda única a nivel mundial, de una doble desaparición de los Detenidos Desaparecidos.
Sobre el muro posterior de este primer piso, al lado de las escaleras por donde se baja al zócalo, se puede apreciar una línea de tiempo, esquematizada en forma de organigrama, donde se sintetizan los hechos expresados en las distintas instalaciones artísticas.
En la planta inferior o zócalo hay otras cuatro obras y la primera de ellas, ubicada en el corredor, pertenece a Sebastián Calfuqueo Aliste .En esta, la escultura de un Mapuche empuñando un azadón es seguida de una frase en español y mapudungün: tantas veces apümngeiñ.
Cristián Vargas Paillahueque, Teórico del Arte, en algunos párrafos de la hoja explicativa de este trabajo expresa que “El proyecto Tantas veces apümngeiñ nace en torno a la investigación de ejecutados y desaparecidos, 1973-1990, pertenecientes a la nación mapuche de los autores Conrado Zumelzu, Hernán Curiñir y Pablo Silva, Temuco, enero 2016(…) la materialidad utilizada en este trabajo consta de la tierra extraída en la región de la Araucanía mezclada con resina, construyendo tanto el cuerpo como el texto.”
Continuando con la muestra, en la sala central del zócalo se presenta la obra “ El Complejo”, de la artista visual Claudia del Fierro, quien la define como una video instalación. Una tenue iluminación produce una atmósfera de mucha intimidad que permite reflexionar sobre los hechos en que se basa este trabajo y que tienen que ver , por un lado, con la memoria histórica del Complejo Forestal y Maderero de Panguipulli, durante el gobierno de Salvador Allende, y por otra parte con la experiencia del Destacamento guerrillero Toqui Lautaro , detectado y desarticulado el año 1981 en los alrededores de la localidad de Neltume.
Sobre el muro central se proyectan en forma simultánea dos videos documentales realizados hace un par de años por Claudia del Fierro en la localidad de Neltume. Uno de ellos es una entrevista realizada a Pedro Cardyn, Médico, integrante y sobreviviente del Destacamento Guerrillero Toqui Lautaro, quien además participó de la experiencia del Complejo Forestal y Maderero Panguipulli en donde relata que se trató de un momento extraordinario en la vida de alrededor de 3.000 obreros madereros, quienes durante casi tres años fueron dueños de sus propio destino.
En efecto, Máximo Corvalán-Pincheira propone a través de una obra casi poética, de una belleza relajante, el tema del reconocimiento de personas Detenidas Desaparecidas mediante las pruebas de ADN. Un espejo de agua en movimiento llena la pequeña sala en tonos azulados, sobre los que se refleja a manera de la doble hélice una serie de fragmentos óseos suspendidos desde el techo en cables iluminados con múltiples luces. “Stubborn Sequence, de la serie Proyecto ADN” se denomina esta instalación. En pasajes extraídos del trabajo “Cuerpo encontrado…la cifra de una identidad”, del Teórico del Arte, Sergio Rojas, que se incluye en una página informativa que se encuentra a disposición de quien asiste a este muestra podemos leer: “¿Qué sucede en las situaciones de “muerte presunta”?, ¿a qué atenerse cuándo no existe el cadáver de quien ha muerto? O ¿cuántas identidades de los difuntos han sido separadas de sus cuerpos?. Es lo que sucede con las personas “desaparecidas”(…)Desde finales de los años 80 hasta la actualidad, los estudios de ADN (ácido desoxidorribonucleico) han progresado significativamente, pudiendo llegar a determinar la identidad de restos humanos con un porcentaje de certidumbre de hasta un 99,9%...”
La última obra artística de esta exposición Memoria Viva, pertenece a Claudio Pérez y se denomina “Necrosis”, en que el autor complementa el título definiendo este término :“del griego: cadáver) es la expresión de la muerte patológica de un conjunto de células o de cualquier tejido, provocada por un agente nocivo que causa una lesión tan grave que no se puede reparar o curar”. En una sala completamente iluminada, imágenes de rostros en fotografías manchadas o desvanecidas impactan de inmediato por la extraordinaria crudeza y fuerza, formando parte de una instalación que permite adentrarnos en archivos con los nombres de personas Detenidas Desaparecidas reconocidas oficialmente por el estado, hojas de listados que cuelgan desde el techo sobre una mesa de trabajo en donde se encuentran archivos fotográficos que permite conocer en imágenes a los desaparecidos. Extrayendo también en este caso algunos párrafos de la hoja de presentación de esta obra, escrita por José Pablo Concha, Teórico de la Fotografía, podemos leer:”(…)Pero la memoria se enfrenta al olvido (…) La responsabilidad y el compromiso ético sobrepasan incluso a las mismas víctimas: el Muro de la Memoria con todos esos rostros instalados en el puente Bulnes es otro acto de resistencia al olvido; es la voluntad persistente incansable de transformar esos ojos en nuestros propios ojos, en los ojos de mi padre, de mi hijo, de saber de que detrás de cada rostro hay una vida que amó, que tuvo hijos, que tuvo historia. Al ver esas imágenes nos obligamos a hacernos responsables de nuestro pasado…”. Precisamente las fotografías borrosas son testimonio del estado actual en que se encuentran por el paso del tiempo y el efecto de la contaminación ácida en Santiago, las imágenes colocadas en el puente Bulnes sobre el rio Mapocho y que el mismo autor, Claudio Pérez, ha definido como una segunda manera de desaparecer.
Por mucho que existan quienes prefieren mirar a otro lado tratando de olvidar el pasado, la porfiada memoria se manifiesta en las más diversas expresiones y nos recuerda que la “justicia en la medida de lo posible , sin verdad y castigo a los culpables, simplemente no es justicia.
La muestra Memoria viva 1973-2016 organizada por el CENTEX ( Centro de Extensión) del Consejo Nacional de la Cultura y de las Artes acá en Valparaíso permanecerá abierta hasta el 26 de junio y sin duda alguna merece una visita.
Guillermo Correa Camiroaga, Valparaíso 19 de abril 2016
La memoria, al igual que un caleidoscopio, se va construyendo fragmento a fragmento y tiene múltiples miradas. En nuestro pasado reciente el rescate, recuperación y conformación de la Memoria Histórica ha sido abordado desde diferentes ámbitos y distintos puntos de vista. Las siete instalaciones artísticas que forman parte de la muestra “Memoria Viva 1973-2016” en el Consejo Nacional de la Cultura y de las Artes en Valparaíso así lo demuestran. Todas ellas forman un caleidoscopio de imágenes y elementos que incluso se proyectan hacia el espacio abierto de la Plaza Sotomayor, en donde unas sillas suspendidas cabeza abajo en el frontis del edificio representando la temática de los Detenidos Desaparecidos lanzados al mar, se enfrentan simbólicamente con el vecino edificio de la Comandancia en Jefe de la Armada de Chile y tienen como telón de fondo, más allá del monumento de Arturo Prat, el océano Pacífico.
En palabras de la autora de esta instalación, Janet Toro : ”El puerto de Valparaíso retiene una memoria oscura, sellada en pactos implacables. Este es el punto de partida de esta obra. Consistente en una reflexión sobre los brutales secretos que contiene el mar debajo de sus olas: el horror de los cuerpos lazados desde helicópteros a las profundidades marinas, el horror de los cuerpos torturados en diversos barcos de la Armada. La instalación consistente en sillas colgadas de forma invertida, separadas; cuyas trayectorias nos evocan un vacío, seres humanos caídos, seres humanos violentados, seres humanos ausentes…”
Sospechosamente alguien manipuló la tarjeta de presentación de esta obra ubicada en el costado izquierdo de la puerta principal del Consejo de la Cultura, borrando la descripción y dejando sólo el nombre de la autora. Pero este hecho, aún cuando lo repongan más adelante, ahora también forma parte de esta memoria.
Al ingresar al hall del primer piso destacan unas figuras gigantes de goma roja infladas representan esculturas y monumentos de la ex Yugoslavia, según me entero al leer la descripción de la instalación de Camila Ramírez Gajardo hecha por el curador argentino, Rodrigo Alonso, quien expresa que la artista “… recurre a un conjunto de arquitecturas conmemorativas dispersas en la geografía de la ex -Yugoslavia(…) reflexiona aquí sobre la deriva de los ideales socialistas que signaron territorios, imaginarios y utopías en un momento específico de la historia de nuestra civilización .” A mi modo de ver esta instalación no guarda relación con todas las demás expresiones artísticas de la muestra, ya que ellas dicen relación con la memoria histórica de nuestro país.
En el costado izquierdo de esta misma sala podemos observar una muestra fotográfica perteneciente al Archivo de la Vicaría de la Solidaridad, imágenes que fueron captadas por el fotógrafo Luis Navarro y se relacionan con el descubrimiento de las fosas clandestinas de los hornos de Lonquén , hecho que permitió conocer en forma concreta la existencia de Detenidos Desaparecidos en Chile y el horror de los asesinatos cometidos por agentes de la dictadura, gracias a que un campesino se acercó a la Vicaría de la Solidaridad y relató haber encontrado cuerpos humanos en un horno de cal. Debido al impacto provocado por este descubrimiento, no sólo a nivel nacional , sino también mundial, el dictador Pinochet ordenó la denominada “Operación Retiro de Televisores” que consistió en la remoción, destrucción y desaparición definitiva de todos los cuerpos enterrados clandestinamente a lo largo del territorio nacional , en algunos casos dinamitándolos y en otros lanzándolos al mar. Una siniestra experiencia, sin duda única a nivel mundial, de una doble desaparición de los Detenidos Desaparecidos.
Sobre el muro posterior de este primer piso, al lado de las escaleras por donde se baja al zócalo, se puede apreciar una línea de tiempo, esquematizada en forma de organigrama, donde se sintetizan los hechos expresados en las distintas instalaciones artísticas.
En la planta inferior o zócalo hay otras cuatro obras y la primera de ellas, ubicada en el corredor, pertenece a Sebastián Calfuqueo Aliste .En esta, la escultura de un Mapuche empuñando un azadón es seguida de una frase en español y mapudungün: tantas veces apümngeiñ.
Cristián Vargas Paillahueque, Teórico del Arte, en algunos párrafos de la hoja explicativa de este trabajo expresa que “El proyecto Tantas veces apümngeiñ nace en torno a la investigación de ejecutados y desaparecidos, 1973-1990, pertenecientes a la nación mapuche de los autores Conrado Zumelzu, Hernán Curiñir y Pablo Silva, Temuco, enero 2016(…) la materialidad utilizada en este trabajo consta de la tierra extraída en la región de la Araucanía mezclada con resina, construyendo tanto el cuerpo como el texto.”
Continuando con la muestra, en la sala central del zócalo se presenta la obra “ El Complejo”, de la artista visual Claudia del Fierro, quien la define como una video instalación. Una tenue iluminación produce una atmósfera de mucha intimidad que permite reflexionar sobre los hechos en que se basa este trabajo y que tienen que ver , por un lado, con la memoria histórica del Complejo Forestal y Maderero de Panguipulli, durante el gobierno de Salvador Allende, y por otra parte con la experiencia del Destacamento guerrillero Toqui Lautaro , detectado y desarticulado el año 1981 en los alrededores de la localidad de Neltume.
Sobre el muro central se proyectan en forma simultánea dos videos documentales realizados hace un par de años por Claudia del Fierro en la localidad de Neltume. Uno de ellos es una entrevista realizada a Pedro Cardyn, Médico, integrante y sobreviviente del Destacamento Guerrillero Toqui Lautaro, quien además participó de la experiencia del Complejo Forestal y Maderero Panguipulli en donde relata que se trató de un momento extraordinario en la vida de alrededor de 3.000 obreros madereros, quienes durante casi tres años fueron dueños de sus propio destino.
Dice Pedro Cardyn en el video: “… Yo conocí una forma distinta de vivir.En el Complejo Maderero éramos 3000 compañeros, éramos todos hermanos, no había ninguna casa cerrada, osea en todas las casas tu tenías un ‘pase adelante compañera, pase adelante compañero’ y eso hoy día no se ve y parece impensable de que , en esos años, ser solidario, pensar en el vecino, pensar en la vecina era algo tan naturala como lavarse los dientes, como lavarse la cara, como echarle azúcar al café. O sea, yo lo que sueño es que esta historia se trasmita, que conozcan de que hubo un pedazo de planeta, que fue toda esta cordillera volcánica de hielos, glaciares, lagos y ríos, que estuvo en manos de la gente, sin patrones, durante tres años…” El otro documental muestra escenas del Museo de Neltume y también recorre lugares de la zona del campamento en donde fueron detectados los guerrilleros el año 81.
En el costado izquierdo de esta sala una serie de recortes de diario de archivo de la época ubicados en el muro y sobre la cubierta de dos mesas iluminados por focos colgantes, semejan el ambiente de un lugar de interrogatorio, el cual se complementa con una silla ubicada en el costado derecho, posicionada frente a un televisor de los años ochenta en donde se proyecta un video elaborado por la Central Nacional de Informaciones (CNI) que muestra su versión de la operación anti guerrillera de exterminio.
Pero más allá de este rincón, la imagen y el sonido de un espejo de agua luminoso pareciera neutralizar y complementar este espacio, a pesar de que se trata de otra de las instalaciones de arte ubicadas en la planta baja.En efecto, Máximo Corvalán-Pincheira propone a través de una obra casi poética, de una belleza relajante, el tema del reconocimiento de personas Detenidas Desaparecidas mediante las pruebas de ADN. Un espejo de agua en movimiento llena la pequeña sala en tonos azulados, sobre los que se refleja a manera de la doble hélice una serie de fragmentos óseos suspendidos desde el techo en cables iluminados con múltiples luces. “Stubborn Sequence, de la serie Proyecto ADN” se denomina esta instalación. En pasajes extraídos del trabajo “Cuerpo encontrado…la cifra de una identidad”, del Teórico del Arte, Sergio Rojas, que se incluye en una página informativa que se encuentra a disposición de quien asiste a este muestra podemos leer: “¿Qué sucede en las situaciones de “muerte presunta”?, ¿a qué atenerse cuándo no existe el cadáver de quien ha muerto? O ¿cuántas identidades de los difuntos han sido separadas de sus cuerpos?. Es lo que sucede con las personas “desaparecidas”(…)Desde finales de los años 80 hasta la actualidad, los estudios de ADN (ácido desoxidorribonucleico) han progresado significativamente, pudiendo llegar a determinar la identidad de restos humanos con un porcentaje de certidumbre de hasta un 99,9%...”
La última obra artística de esta exposición Memoria Viva, pertenece a Claudio Pérez y se denomina “Necrosis”, en que el autor complementa el título definiendo este término :“del griego: cadáver) es la expresión de la muerte patológica de un conjunto de células o de cualquier tejido, provocada por un agente nocivo que causa una lesión tan grave que no se puede reparar o curar”. En una sala completamente iluminada, imágenes de rostros en fotografías manchadas o desvanecidas impactan de inmediato por la extraordinaria crudeza y fuerza, formando parte de una instalación que permite adentrarnos en archivos con los nombres de personas Detenidas Desaparecidas reconocidas oficialmente por el estado, hojas de listados que cuelgan desde el techo sobre una mesa de trabajo en donde se encuentran archivos fotográficos que permite conocer en imágenes a los desaparecidos. Extrayendo también en este caso algunos párrafos de la hoja de presentación de esta obra, escrita por José Pablo Concha, Teórico de la Fotografía, podemos leer:”(…)Pero la memoria se enfrenta al olvido (…) La responsabilidad y el compromiso ético sobrepasan incluso a las mismas víctimas: el Muro de la Memoria con todos esos rostros instalados en el puente Bulnes es otro acto de resistencia al olvido; es la voluntad persistente incansable de transformar esos ojos en nuestros propios ojos, en los ojos de mi padre, de mi hijo, de saber de que detrás de cada rostro hay una vida que amó, que tuvo hijos, que tuvo historia. Al ver esas imágenes nos obligamos a hacernos responsables de nuestro pasado…”. Precisamente las fotografías borrosas son testimonio del estado actual en que se encuentran por el paso del tiempo y el efecto de la contaminación ácida en Santiago, las imágenes colocadas en el puente Bulnes sobre el rio Mapocho y que el mismo autor, Claudio Pérez, ha definido como una segunda manera de desaparecer.
Por mucho que existan quienes prefieren mirar a otro lado tratando de olvidar el pasado, la porfiada memoria se manifiesta en las más diversas expresiones y nos recuerda que la “justicia en la medida de lo posible , sin verdad y castigo a los culpables, simplemente no es justicia.
La muestra Memoria viva 1973-2016 organizada por el CENTEX ( Centro de Extensión) del Consejo Nacional de la Cultura y de las Artes acá en Valparaíso permanecerá abierta hasta el 26 de junio y sin duda alguna merece una visita.
Guillermo Correa Camiroaga, Valparaíso 19 de abril 2016
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