Dentro de las recomendaciones básicas sanitarias para
disminuir los riesgos de contagio del coronavirus está el lavado frecuente de
manos, el uso de mascarillas y el distanciamiento
social. En relación con este último aspecto el transporte juega un papel
fundamental, ya que su frecuencia y capacidad permite que dicha recomendación
pueda ser o no efectiva.
En esta ocasión me referiré al servicio de Metroval en la
Quinta región, servicio que es utilizado por un número importante de personas
de nuestra región, el cual en vez de haber mantenido la frecuencia de sus
trenes con los horarios habituales de antes que se implementara la cuarentena
en nuestra región, por el contrario ha distanciado la frecuencia de los mismos,
sobre todo en el horario normal, donde entre un servicio y otro el tiempo de
espera es de 24 minutos, lo que va en
contra de las recomendaciones del aislamiento social, que es uno de los mecanismos
fundamentales en la prevención de los contagios, ya que la disminución de la
frecuencia se traduce en una acumulación de pasajeros entre un servicio y otro,
lo que provoca un hacinamiento al interior de los carros, situación que va en
dirección contraria a las recomendaciones sanitarias, lo que es un hecho que
atenta contra la salud de la población, ya que en estas condiciones el distanciamiento social no puede llevarse a cabo
de manera efectiva.
Esta situación debiera ser fiscalizada enérgicamente por las
autoridades respectivas, sobre todo tomando en cuenta la crítica situación de
contagios que se observa en Valparaíso y Viña del Mar, que desde hace ya
bastante tiempo se mantiene estabilizada en niveles preocupantes.
Para muestra de lo anteriormente expuesto basta observar el registro fotográfico que encabeza esta nota, que fue realizado hoy jueves 10 de septiembre, a mediodía, al interior del tren de Metroval que se desplazaba desde Viña del Mar hacia Valparaíso, el cual, además, estaba formado solo por dos carros.
Si realmente queremos tomarnos con seriedad las recomendaciones que las
propias autoridades sanitarias y gubernamentales predican, debieran ser
precisamente esas mismas autoridades las
primeras en fiscalizar y preocuparse de solucionar situaciones como la
anteriormente descrita, que se repiten
cotidianamente, y que, sin ser un experto sanitario, permiten deducir que es
una de las tantas causas que pueden estar determinando el grave estancamiento
de los negativos índices de contagios que siguen presentando Valparaíso y viña
del Mar cuando se cumplen tres meses desde que el 12 de junio fue impuesta la
cuarentena obligatoria en ambas comunas.
William Belt
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