Al cumplirse dos años de ausencia rescatamos est nota acerca de actividades en Estados Unidos de Nelson Cabrera en 2006.
Por María Lagorio. Personal de Heights (Boston College)
El pasado jueves por la noche, más de 100 personas inundaron una sala con capacidad para unas 80 personas para escuchar a Nelson Cabrera, cineasta chileno y superviviente de la dictadura de Augusto Pinochet, compartir su historia y su arte. Esta presentación de dos horas, que fue el primer acto del año de Amnistía Internacional del Boston College, consistió en tres documentales, un discurso y una sesión de preguntas y respuestas. Cabrera nunca había salido de Chile y se comunicó a través de un traductor con su abrumadora audiencia. Nacido en Valparaíso, empezó la universidad como estudiante de filosofía, y después de sus experiencias como preso encontró su camino en el ámbito del cine. " Quería rescatar historias que no se iban a contar", dijo quien se presentó como un - "testimonio acerca de la dictadura de Pinochet". Cabrera puso de manifiesto sus intenciones al afirmar que estaba "dispuesto a responder preguntas" sobre un periodo del que la mayor parte de la sociedad norteamericana permanece desinformada. Cabrera resumió que, en 1973, el ejército chileno dirigido por Pinochet derrocó al gobierno socialista de Salvador Allende, elegido democráticamente. Dijo que no se pueden negar las pruebas de la intervención estadounidense en Chile; de hecho, el público puede localizar ahora pruebas de las investigaciones de la CIA sobre el gobierno de Chile durante el mandato del presidente Nixon. Además, Cabrera dijo que la injerencia de Estados Unidos en los asuntos latinoamericanos siempre ha sido "100 por ciento, total". Millones de dólares fueron proporcionados por el gobierno de EE.UU. para capturar y detener a los opositores al nuevo régimen, justificando su violación de los derechos humanos con la etiqueta de "comunistas". Por expresar su oposición política en un colegio de Valparaíso, la DINA, la policía secreta de Pinochet, capturó a Cabrera y lo condenó a tres años de prisión. Gracias al apoyo financiero de Estados Unidos, la DINA puso en marcha un proceso de represión selectiva y "convirtió en comunistas a todo opositor al régimen". A través de la represión se "convirtió el terror del régimen en algo de escala nacional". Chile, dijo Cabrera, se convirtió en un campo de concentración. Lo que siguió durante los 17 años siguientes fue un espantoso despliegue de violaciones de los derechos humanos en forma de encarcelamientos, torturas, violaciones y asesinatos. Los jóvenes, explicó, organizaron principalmente la resistencia más influyente contra Pinochet. Como consecuencia, los militares intervinieron universidades y colegios, que fueron usadas como prisiones temporales. Los describió como "estadios de humillación y denigración al hombre". Durante su encarcelamiento, además de la lucha por soportar los malos tratos, el hambre y las humillantes condiciones de detención, el ánimo de Cabrera y sus compañeros de cautiverio no decayó. Realizaron pequeños actos de protesta, como dejar encendidas las luces de sus celdas. Se comunicaban con el mundo exterior participando en una especie de comercio de libros, juntando páginas y pegándolas, desesperados por mantenerse informados a pesar de su entorno inhóspito.
Amnistía Internacional atrajo por primera vez la atención internacional sobre las violaciones que tenían lugar en estas prisiones durante la época de Pinochet. Cabrera agradeció aquella intervención, a pesar de que el dictador ya había aprobado leyes para "encubrirse" y proteger sus políticas tras ser detenido. También se refirió a que la actual presidenta chilena, que también fue torturada y encarcelada, debe hacer frente a la injusta legalidad de la dictadura en materia educativa, económica y política. En su persistente esfuerzo por concienciar a la opinión pública, Cabrera se mueve por la fusión del arte y los derechos humanos. Considera el cine una gran herramienta para revelar la verdad de la historia y pretende "exponer su visión con énfasis en los derechos humanos". Ha viajado a Estados Unidos para participar como jurado en el Festival de Cine de Pawtucket, luego participará en un festival de cine de derechos humanos en Buenos Aires, Argentina, en octubre, y posteriormente será el anfitrión del primer Festival de Cine de Derechos Humanos que se realizará en Chile la primera semana de enero.
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