Si bien desde niño me gustaban las películas, sólo a eso de los 15 años empecé a interesarme en aprender algo más de cine. No existía internet. El acceso a la información y a películas era limitado. Recuerdo haber tenido que viajar a Santiago para poder ver aquellos clásicos que no llegaban a la región, o buscar en bibliotecas algún libro de cine o la biografía de un gran director. Fueron las columnas de Alfredo Barría –publicadas en el Mercurio de Valpo. o en folletos que se editaban entre el Normandie y el Cine Arte de Viña- un material precioso y de fácil acceso que me permitió ir profundizando los conocimientos cinematográficos. Aún en el colegio, en vísperas de los 100 años del cine, organicé junto a un amigo un ciclo de cine italiano. Con ayuda de la Mirella Forno conseguimos a un invitado de lujo para la clausura: el gran crítico de cine Alfredo Barría. Tras su brillante exposición, nos fuimos a almorzar al casino del colegio. Yo me sentía nervioso y no sabía cómo tra...
MEDIO DE COMUNICACIÓN