En el restaurante Valparaíso Mi Amor se efectuó, el pasado viernes 28 de abril, la presentación del libro de relatos “Delirios”, del escritor Nelson Paredes. En un día inusual por los recurrentes temblores, la literatura fue catalizador de un ambiente cálido y distendido, donde los asistentes se dejaron llevar por el tono de los textos de Paredes, al decir de Marco López- escritor y responsable del proyecto “Literatura del Valle de Aconcagua”, de los Fondos de Cultura del Gobierno Regional-, escritos en los cuales los personajes; bipolares, delirantes, se escabullen de la agobiante realidad circundante que implica esta sociedad que aliena, a través de delirios mentales, metamorfosis físicas, obsesiones.
Como bien dice la cita a Carl G. Jung que antecede a los relatos “Todas las obras del hombre tienen su origen en la fantasía creadora. ¿Qué derecho tenemos entonces a la amortización de la imaginación?”, estas historias no se limitan en ese aspecto, dando rienda suelta el autor a su rica capacidad imaginativa. Los relatos son variados en temáticas y tonos; desde la transformación mental en Anaconda, física en Por Favor, Ayúdenme, a la disociación mental del personaje que se repite en Café para Dos y Ese tórrido sol de enero, siguiendo a la lucha de egos de un grupo de poetas ante la irrupción de un místico y alucinado sabelotodo, con su contundente diagnóstico sobre la poesía, en una sátira a las envidias y vanidades, circunscritas en este caso al mundillo literario, en El Lenguaje Cardiáceo, hasta llegar al último relato con obsesión del protagonista de La señorita del Retrato Hablado, un relato de largo aliento- una pequeña nouvelle- , en el cual el autor nos adentra en dos diferentes épocas de Valparaíso, a través de tres textos que, a modo de un palimpsesto, como observó uno de los asistentes, se van unificando en un imprevisto final, texto donde ronda la idea de las constelaciones familiares, la circularidad de los hechos que vuelven, el de los destinos trazados o truncados. De este relato es el siguiente párrafo: “En uno de aquellos días, la mañana de un domingo de otoño, me entretenía en una vieja afición; hojear libros, revistas, diarios antiguos, en la feria de Plaza O`Higgins. Me sorprendí al encontrar en un periódico de 1953, una entrevista realizada a mi abuelo. En ella mencionaba una novela que no terminó, una historia de bandoleros de puerto basada en hechos reales en los que, según insinuó, le cupo participación. Ante la pregunta del periodista respecto de las razones del abandono, el abuelo respondía, con cierto aire enigmático: A veces la pluma del escritor puede tener alcances premonitorios y torcer destinos.”
En fin, un breve y entretenido libro, de múltiples lecturas, con una prosa diáfana y fluida, de un autor que nos entrega su segundo libro individual.
Como bien dice la cita a Carl G. Jung que antecede a los relatos “Todas las obras del hombre tienen su origen en la fantasía creadora. ¿Qué derecho tenemos entonces a la amortización de la imaginación?”, estas historias no se limitan en ese aspecto, dando rienda suelta el autor a su rica capacidad imaginativa. Los relatos son variados en temáticas y tonos; desde la transformación mental en Anaconda, física en Por Favor, Ayúdenme, a la disociación mental del personaje que se repite en Café para Dos y Ese tórrido sol de enero, siguiendo a la lucha de egos de un grupo de poetas ante la irrupción de un místico y alucinado sabelotodo, con su contundente diagnóstico sobre la poesía, en una sátira a las envidias y vanidades, circunscritas en este caso al mundillo literario, en El Lenguaje Cardiáceo, hasta llegar al último relato con obsesión del protagonista de La señorita del Retrato Hablado, un relato de largo aliento- una pequeña nouvelle- , en el cual el autor nos adentra en dos diferentes épocas de Valparaíso, a través de tres textos que, a modo de un palimpsesto, como observó uno de los asistentes, se van unificando en un imprevisto final, texto donde ronda la idea de las constelaciones familiares, la circularidad de los hechos que vuelven, el de los destinos trazados o truncados. De este relato es el siguiente párrafo: “En uno de aquellos días, la mañana de un domingo de otoño, me entretenía en una vieja afición; hojear libros, revistas, diarios antiguos, en la feria de Plaza O`Higgins. Me sorprendí al encontrar en un periódico de 1953, una entrevista realizada a mi abuelo. En ella mencionaba una novela que no terminó, una historia de bandoleros de puerto basada en hechos reales en los que, según insinuó, le cupo participación. Ante la pregunta del periodista respecto de las razones del abandono, el abuelo respondía, con cierto aire enigmático: A veces la pluma del escritor puede tener alcances premonitorios y torcer destinos.”
En fin, un breve y entretenido libro, de múltiples lecturas, con una prosa diáfana y fluida, de un autor que nos entrega su segundo libro individual.
Comentarios
Publicar un comentario