Los sectores más recalcitrantes de la derecha política que se instaló en el poder junto con los uniformados con el golpe de Estado de 1973, han seguido activos desde esa fecha intentando tergiversar y borrar la memoria histórica popular. En estos últimos años han sido numerosos los atentados realizados en contra de los memoriales instalados por las organizaciones de derechos humanos junto a los familiares de las compañeras y los compañeros asesinados, ejecutados y hechos desaparecer, intentando borrar estos hechos históricos con estas acciones negacionistas
Hace algunos días la Placa de Memoria instalada el 12 de septiembre del 2021 para recordar y homenajear al compañero Manuel Sepúlveda Sánchez fue arrancada de cuajo desde donde estaba instalada. Este acto cobarde y deleznable realizado por manos siniestras y anónimas demuestra la brutalidad y falta de humanidad de quienes hicieron este atentado.
Conversando hoy día con personas que habitualmente se encuentran en la Plaza Carvallo pude recoger algunas impresiones referidas al Memorial y a esta repudiable acción que lo destruyó:
“Por aquí pasaba mucha gente y todos se detenían a mirar la plaquita para ver de qué se trataba (…) veíamos que una señora venía seguido a limpiarla y ponerle flores frescas, quizás que impresión va a tener cuando vea lo que le hicieron a esta animita. Hay que ser muy malo para hacer algo así. Aquí nosotros también le poníamos flores y lo seguimos haciendo ahora que no está la placa (…) Pero esto lo fueron haciendo de a poco, porque había un señor que parecía uniformado por el corte de pelo, claro que era un civil, pero uno como que se da cuenta de eso, que siempre reclamaba por la placa, “estos son puras mentiras no más, son inventos no más, nunca se hizo eso”, decía cuando pasaba por ahí (…) Una vez me acuerdo que le pegó una patada a la plaquita de puro enojado que estaba (…) De repente vimos que le sacaron un plástico que tenía arriba y después le hicieron unas rayas con un clavo parece, bueno y ahora la sacaron entera. Es mucha maldad (…) Pero esa animita ya pasó a ser parte de este lugar, el espíritu del joven está allí, aunque hayan sacado la plaquita (…) Pero yo puedo decirle que casi toda la gente que pasaba la miraba con respeto y después de leerla seguía su camino…”
La cultura popular respeta mucho estos sitios de memoria y los testimonios recogidos en el párrafo anterior así lo confirman, pero a los señores del odio no les importa absolutamente nada todo esto, solo quieren que la historia y la memoria popular no sea conocida.
Es impactante observar la imagen vacía de la lámina de metal plateado sobre la cual estaba pegada la Placa de Memoria en homenaje a un compañero Detenido Desaparecido, Manuel Sepúlveda en este caso, quien fue secuestrado en septiembre de 1987, torturado, asesinado y posteriormente hecho desaparecer por agentes del Estado. Da la impresión que esta lámina remanente se hubiera transformado en una especie de espejo que refleja todo lo que sucede en su entorno, como una metáfora en donde la memoria de los detenidos y de las detenidas desaparecidas se muestra porfiadamente a través de estos reflejos de la vida cotidiana.
Estos siniestros personajes que con estos actos vandálicos pretenden hacer desaparecer la memoria histórica están rotundamente equivocados en sus pretensiones, ya que el recuerdo de los luchadores y las luchadoras populares que resistieron y combatieron decididamente a la dictadura cívico militar sigue vivo y presente en las movilizaciones y las luchas del presente.
Las imágenes de estos compañeras y compañeras levantadas por nuevas generaciones de luchadoras y luchadores populares, donde Manuel Sepúlveda también estuvo presente, acompañó la marcha que se realizó por las calles de Valparaíso el pasado 10 de diciembre del 2021 con motivo de la conmemoración del Día Internacional de los Derechos Humanos, mostrando en la práctica que la memoria popular no desaparece.
Guillermo Correa Camiroaga, Valparaíso 14 diciembre 2021
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