RESTAURANDO MEMORIAS Y CONSTRUYENDO SUEÑOS: CEREMONIA CONMEMORATIVA A 50 AÑOS DEL GOLPE EN LA UNIVERSIDAD DE PLAYA ANCHA DE VALPARAÍSO
Con una emotiva ceremonia se realizó en la Universidad de Playa Ancha (UPLA) la actividad central de la programación que ha estado desarrollando dicha casa de estudios enmarcada en la conmemoración de los 50 años del golpe. En la invitación a esta actividad se expresa que “esta universidad hace memoria, recuerda, no olvida y tiene presente a quienes vivieron la represión y que, siendo desaparecidos, ejecutados, exonerados u olvidados por la historia reciente, cumplieron un papel significativo y transformador en y desde esta casa formativa.”
El evento constó de dos partes, la primera de ellas se efectuó en el aula magna Félix Morales Pettorino y la segunda en el patio central de la universidad.
Con un acto artístico cultural que se inició pasadas las once de la mañana, con la participación artística del Ballet Gimnástico de la Universidad de Playa Ancha y del Coro de Cámara de la misma universidad, se rindió homenaje y reconocimientos a distintos profesores, académicos y estudiantes, pertenecientes tanto al antiguo Instituto Pedagógico, como a la actual UPLA. Al mismo tiempo que se entregaron títulos póstumos a algunos alumnos que, debido a la represión, no pudieron finalizar sus estudios superiores, ya que fueron asesinados, ejecutados o hechos desaparecer.
Con la presencia de familiares, amigos y amigas, junto a la comunidad universitaria, se rindió homenaje a los siguientes académicos y académicas: Luis Iñigo Madrigal, Nelson Osorio Tejeda, Leopoldo Benavides Navarro, Jorge Pinto Rodríguez, Leopoldo Sáez Godoy, Félix Figueras Ubach, Raúl Páez Boggoni, Rodrigo Salazar Urrutia, Fernando Rodríguez Arias, Dora Mayorga Aravena, Marcelo Blanc Masías, Eduardo Escalante Gómez, Cecilia Magni Camino, Luis Costa Del Pozo. Asimismo, se reconoció a dos ex rectores de la UPLA, Óscar Quiroz Mejías y Norman Cortés Larrieu.
Respecto a los títulos póstumos se entregó el de Profesor de Artes Plásticas, correspondiente al ex alumno Gonzalo Muñoz Aravena (asesinado en la ex cárcel pública de Valparaíso). Por otra parte, el título póstumo de Periodista a Mario Calderón Tapia (detenido desaparecido) no pudo ser entregado en esta ceremonia, ya que su hermana no alcanzó a llegar y se encuentra en viaje a Chile, razón por la cual esto se concretará el próximo viernes 08 de septiembre a las 11.30 horas en la Escuela de Periodismo de la UPLA.
Asimismo, durante esta primera parte de la ceremonia, el Colectivo Bordadoras por la Memoria entregó de regalo a la universidad un libro donde se relata el desarrollo del colectivo, mostrando de qué manera realizaron su trabajo e incluyendo fotografías con las obras realizadas por ellas, mientras, por otra parte, el Taller Hilvanando Memorias hizo entrega de un lienzo con los nombres de los 11 estudiantes y académicos de la UPLA ejecutados y detenidos desaparecidos en dictadura.
Durante el desarrollo de este emotivo acto hicieron uso de la palabra a nombre del Comité 50 Años “Restaurando Memorias y Construyendo Sueños”, las ex estudiantes y ex académicas Mercedes Córdova Espinoza y Patricia Arancibia, para manifestar lo siguiente:
“Chile, nuestro país ha vivido, a lo largo de su historia, situaciones de dolor y violencia, pero en niveles que luego permitieron subsanar esas heridas y volver a la calma. Sin embargo, el golpe cívico militar de 1973 ha sido una situación muy distinta. Detenidos, desaparecidos, torturados, exiliados, exonerados de su fuente de trabajo por miles, además de las consecuencias sociales y económicas, y por eso, muchas instituciones y las universidades estatales han organizado programas de conmemoración y de reparación, para los que de algún modo fueron víctimas de esa situación.
Estamos en esta universidad, heredera de la Universidad de Chile de Valparaíso, ex Pedagógico, ex Academia de Ciencias Pedagógicas, hoy Universidad de Playa Ancha, con historia, con memoria, golpeada con la expulsión de estudiantes, académicos y académicas, funcionarios y funcionarias, mediante el Decreto 2.765, del 03 de junio de 1974, firmado por César Ruiz Danyau, Rector Delegado de esta universidad. Gracias al coraje, compromiso, trabajo incansable de nuestras comunidades, las universidades de la época, en general, fueron capaces de resistir.
Hoy recordamos a aquellos y aquellas que fueron parte de nuestra comunidad universitaria, que entregaron sus capacidades para formar hombres y mujeres con valores democráticos para nuestro país. Este acto tiene como objetivo el compromiso con el pasado, con la memoria, con la justicia, con la verdad, la reparación y la no repetición de situaciones dolorosas como las que nos tocó vivir”.
Por otro lado, el Rector de la Universidad de Playa Ancha, Carlos González Morales, en parte de su intervención expresó:
“Esta es la actividad más importante de la conmemoración del golpe, del golpe, del golpe cívico militar, lo repito tres veces, porque esto no es quebrar una democracia, es romperla y hacer un daño profundo a nuestra sociedad por tantos años (…) al respeto a la democracia y a los derechos humanos no podemos renunciar jamás (…) estamos emocionados y la emoción se siente en la piel. En esta aula que es de todas y todos tenemos la capacidad de poder comunicarnos con ustedes y hacer nuestro reconocimiento al estilo UPLA, en la forma de nuestra universidad para con todos sus ex estudiantes, ex profesores, que mantuvieron y han mantenido una lucha tan importante por el respeto de la democracia. No puede ser que las diferencias, las formas de mirar, las formas de pensar y las formas de decidir puedan significar la muerte, puedan significar la ruptura de los procesos democráticos que nos hemos dado abiertamente y con convicción, por lo tanto, para nosotros como universidad, esta es una gran oportunidad para poder expresar nuestro deseo de que eso nunca más debe repetirse (…) El Pedagógico constituye un elemento emblemático no solamente en Playa Ancha, sino que en Valparaíso y eso nos enorgullece. Ese prestigio se debe a tantos como los que hoy día pudimos nombrar. Para ellos nuestro cariño, para sus familiares nuestro amor, nuestro deseo es que sigan participando con nosotros y estando presentes todo el tiempo. La ciudadanía UPLA los tiene en su corazón y forman parte de su memoria (…) En estas semanas que hemos estado en conmemoración, hemos vivido distintas experiencias y distintas emociones de protagonistas, no nos están contando una historia, son protagonistas que vivieron estos duros momentos (…) Acá tenemos sobrevivientes con historias conmovedoras, con historias que te hacen sentir emociones que hasta ahora no las había vivenciado (…) Estar presente acá es un hecho de verdad, estamos los que sentimos que tenemos que valorar el legado de quienes formaron parte y aún forman parte de nuestra universidad…”
La segunda parte de este homenaje se desarrolló en el patio central de la universidad, junto el Memorial y un Mural de Memoria y Resistencia existente en dicho sector. Danilo Ahumada, Director General de Comunicaciones de la Universidad de Playa Ancha, fue el conductor de este este segundo momento de conmemoración planteando, al iniciar esta actividad: “estamos acá para resignificar este espacio, para decir que nunca más, para hacer este homenaje en tiempos complejos, donde vemos que aparece el negacionismo cada cierto momento y, por lo tanto, también esta es una acción para decir no los olvidamos, aquí estamos.”
El mural ubicado a un costado del memorial fue realizado el 2015 en el marco de un documental desarrollado por la UPLA llamado “Las Garras del Cóndor”, que recordaba originalmente a Cristina Carreño, militante de las Juventudes Comunistas, cuyo cuerpo desapareció en Argentina, al lado de la cual se encuentra la figura de Alfredo García, Trabajador Social de la Universidad Católica, detenido desaparecido, que forma parte de la lista de los 119 de la Operación Colombo. Este mural fue restaurado y reinterpretado, incorporándosele nuevas imágenes.
Hugo Pizarro Rojas, integrante del Colectivo Mural Parlante, colectivo que se encargó de la restauración de esta obra, relató que “este es un primer mural que estamos inaugurando, de un ciclo de cinco murales que haremos en la región, que tratan de la memoria. Nosotros hemos reinterpretado la obra, que fue realizada originalmente por Vicente Baeza y por el maestro Pajarito, restaurando gran parte de lo que ya había en el muro, agregándoles algunos contenidos que hacen mención a académicos y estudiantes que fueron reprimidos durante la dictadura y que están ubicados en ambos costados del mural. La parte central es la que nosotros restauramos, tanto la parte de escritura, como la interpretación sobre Latinoamérica donde sale el cóndor. Nuestro trabajo está al servicio de la memoria.”
A nombre de los estudiantes de la Universidad de Playa Ancha, habló en primer lugar Paloma Muñoz expresando que “en el marco de la conmemoración de los 50 años, como una acción artística por preservar la memoria histórica, hemos tenido la oportunidad de acompañar la restauración del mural con el cual conmemoramos a aquellos y aquellas quienes el fascismo arrebató sus vidas. Para quienes dieron su vida luchando contra el fascismo sea esta presencia cotidiana con la cual decimos ¡honor y gloria a los caídos!, con su ejemplo seguimos luchando; ¡No olvidamos, no perdonamos, no callamos!” Por su parte, el estudiante de Pedagogía en Matemáticas, Esteban Cisterna, manifestó reforzar el compromiso “de no olvidar a todas las personas que lucharon por construir un país mejor. Cumpliendo con nuestro deber histórico, como estudiantes de la Universidad de Playa Ancha. En palabras de Aníbal Muñoz, militante del MIR, ‘en Chile se eligió un camino, un camino por el que pensamos llegar a ser libres, los pobres tenemos derecho a vivir, derecho a realizarnos plenamente, esta es la verdad y por ella vamos a morir, no tenemos nada más que perder’. Es necesario reiterar el compromiso con los derechos humanos de nuestra universidad y del país…”
La música también estuvo presente en esta segunda parte del evento y el Ensamble Musical Abya Yala, de la Facultad de Artes de la Universidad de Playa Ancha, interpretó dos piezas musicales, una de ellas fue la canción “La Partida”, de Víctor Jara.
Luego de esta pausa musical se dio lectura a un texto enviado por la hija de Cecilia Magni, Camila Woken Magni, en el cual manifiesta lo siguiente:
“Siento que el legado de mi mamá tiene que ver con despertar y justamente recordarnos esa llamita de esperanza, inspirándonos a mantener el fuego encendido desde adentro, a crear cada día esa realidad que queremos vivir y ser las personas que queremos ver en ella. Pero no allá lejos, en la ilusión de las palabras, sino acá cerquita, en nuestras acciones diarias guiadas por ese corazón. Construir con verdad y coherencia lo que quiero ver crecer en mi vida y en el mundo. Fue la desaparición de sus amigos y compañeros de la Universidad de Chile, cuando estudiaba Sociología, lo que la impulsó a transformar su vida y sostener ese calor en el corazón y eso es también lo que puede hacer cambios para cualquiera de nosotros, donde vayamos. Porque esa transformación constante, adentro y afuera de cada uno, es la base de la evolución y de una vida realmente revolucionaria.”
También hizo uso de la palabra durante esta segunda parte de la conmemoración, Araceli Dávila Figueras, sobrina de Félix Figueras Ubach, quien leyó el siguiente texto,
“No olvidamos, no perdonamos. Cuando mi mamá tenía 22 años, una noche de diciembre de 1973, funcionarios de fuerzas armadas tocaron el timbre de su casa en Viña, preguntando por su hermano mayor, Félix, de 30 años, que en ese entonces se desempeñaba como profesor de historia en el Pedagógico, militaba en el Partido Comunista. El relato es distante y disociado, como quien recita un texto que se aprendió de memoria: ‘estábamos viendo la tele, yo les abrí la puerta, él bajó tranquilamente las escaleras y salió con ellos subiéndose a una camioneta. No lo vi más. Días antes él había estado en Santiago, alojando en casa de mi papá, quien entonces era el pololo de mi mamá’.
Ella los había llamado por teléfono para avisarles que Marilola, la hermana del medio, llegaba a Chile por esos días y, en consecuencia, entusiasmado por verla, él decidió volver a Viña. A este punto las descripciones se tornan más vívidas, aparece la rabia: ‘cómo justo, cómo tan mala suerte, si se hubiera quedado en Santiago un par de días más’.
Ella, desde su no militancia, inicia una búsqueda desesperada por los centros de detención, encontrándose con eso que no queremos ver ni creer que existe, eso que vio accidentalmente desde fuera, el trato infrahumano hacia estas personas, desconocidos hasta entonces y ahora con distancia descubre: ‘pero quizás ahí justamente, dentro de ese grupo de personas estaba mi hermano’.
Ha costado llamarle secuestro, ha costado llamarle asesinato, lo cierto es que a los cuatro días de haber sido detenido y ser cruelmente torturado, Félix se lanzó al vacío, muriendo de manera instantánea. Un médico amigo de la familia reconoció su cuerpo sin vida y dio la noticia. Cuatro meses después se fueron a vivir a Barcelona.
A costado llamarlo exilio. El duelo se quedó congelado, privado, guardado. Veinte años después mis papás deciden volver a Chile, a Santiago específicamente, junto con ellos venía yo de 7 años y, más tarde, llegaría mi abuela Monserrat. El nombre Félix Figueras ya era parte de la nómina de ejecutados políticos. Pasé mi adolescencia con este relato girando a mi alrededor, con esta que era una historia ingenua, fragmentada, incomprensible. Tuve acceso a los cassettes con la voz de Félix. Aprendí a tocar guitarra con la que había sido su guitarra. Leí tantas veces sus poemas, sus cuentos, escritos de su puño y letra. Pocas fotos habían.
A mis 27 años, cuando se conmemoraban 40 años del golpe, me había titulado, me había casado. Se fueron dando las cosas para al fin enfrentar esto que no entendía muy bien qué era. Algo impreciso, que me generaba mucho sufrimiento, mucho dolor, la psicoterapia fue clave. En ese entonces conocí personas muy valiosas, algunas de ellas están aquí hoy, estas personas me pusieron en contacto con otras personas que me fueron iluminando para hacer averiguaciones, para reunir información, para impulsar homenajes, buscar abogados, reabrir la querella, descubrí también que mi nombre rima con Félix. Y que por muy catalana que me hubieran hecho sentir, yo había nacido en el contexto del exilio, de la persecución por motivos políticos.
Se cumplirán ahora 50 años, ya son tres generaciones, tengo dos niños, y todavía no se ha hecho justicia. Somos los herederos de esta historia, no pedimos ser parte, pero no nos quedó otra alternativa. Por estos días el aire que respiramos es de indolencia, de anestesia, de displicencia, de negacionismo y esto, de sutiles maneras, nos sigue dañando a quienes, sin pedirlo, nos invitaron a este baile. Ni más ni menos que justicia pedimos. No lo digo solo por mi mamá, Dominica Figueras, por mi papá, Horacio Dávila, no lo digo por mi tía, Marilola, que está en España. Mi familia pudo dar sepultura a Félix, comprobando años después que eran de él los restos; tampoco lo digo solo por mi abuela, que volcó toda su dulzura, su amor, en ser la mejor abuela que hayamos deseado tener mis primos y yo lo digo por los cientos de familias que aún siguen buscando y por reivindicar un mínimo de dignidad, de respeto, que nos fue violentamente arrebatado y que todos como seres humanos merecemos. Verdad, juicio, castigo, reparación, memoria, no repetición. ¡Ni perdón, ni olvido!”
Gabriel Aldoney, hermano de Jaime Aldoney, entregó también en esta ocasión su testimonio, agradeciendo a la UPLA por compartir un momento tan emotivo a través de esta ceremonia, resaltando que “los nombres que no están hoy día con nosotros han vuelto y están inscritos ahí en esa placa (…) ellos dieron la vida por sus ideales. Nos recuerdan a diario que esa resistencia que hemos tenido por 50 años no nos puede hacer olvidar lo que ocurrió (…) no hay futuro sin pasado…”
Previo al descubrimiento de la Placa de Memoria, con los nuevos nombres que se le han incorporado, como es el caso de Cecilia Magni, se vivió un emotivo momento, cuando un grupo de estudiantes de la carrera de periodismo fueron presentando a cada una de las compañeras y compañeros que aparecen en el Memorial, leyendo una pequeña reseña de ellos mientras giraban las fotografías con sus rostros mostrándoselos a las más de doscientas personas que asistieron a esta actividad, para luego ir apoyando delicadamente las fotografías junto al mural que se encuentra en dicho lugar.
Como parte final de esta emotiva y potente actividad de memoria y resistencia al olvido, familiares junto al rector de la Universidad de Playa Ancha destaparon la Placa de Memoria donde están inscritos los nombres de estos 11 compañeros y compañeras: JAIME ALDONEY VARGAS-MARCELO BARRIOS ANDRADE-MARIO CALDERÓN TAPIA-FÉLIX FIGUERAS UBACH-NELSON GARRIDO CABRERA-CECILIA MAGNI CAMINO-GONZALO MUÑOZ ARAVENA-DERNANDO ORTIZ LETELIER-JORGE SALAS PARADISI-LUIS SANGUINETTI FUENZALIDA-ELÍAS VILLAR QUIJÓN.
Quienes asistieron a esta ceremonia fueron depositando claveles rojos en el memorial como parte final de la actividad.
Guillermo Correa Camiroaga, Valparaíso 06 agosto 2023.
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