La Ruta de la Memoria de la V Región instaló el domingo 10 de diciembre la tercera “Enredadera de la Memoria” – placa que simboliza los sitios en donde ocurrieron violaciones a los derechos humanos – en la localidad de Las Coimas, ubicada entre San Felipe y Putaendo. En este lugar fueron brutalmente asesinados seis militantes comunistas el 11 de octubre de 1973.
Estuvo presente en este acto José Luis Navarrete Rovano, Periodista y Realizador Audiovisual, hijo de uno de los participantes directos de esta masacre, quién hace algunos años tomó contacto con algunos familiares buscando entregar su solidaridad, apoyo y antecedentes que puedan contribuir a la verdad y la justicia, después de recorrer un largo y difícil proceso, rechazando absolutamente los crímenes cometidos por su padre.
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| José Rovano |
Conversando con Pepe Rovano relató:
“Yo desde siempre he militado en los Derechos humanos y para mí fue una
sorpresa terrible, por lo demás, enterarme que soy hijo de un asesino. Pero
creo que esto tiene también que ver con una nueva mirada, con una nueva
perspectiva y que a todos nos está costando. Además decir que uno es hijo de un
criminal es una cosa terrible. Yo no vengo acá como una víctima, yo vengo a
apoyar a los familiares de quienes fueron asesinados. No por ser hijo de un
criminal tengo que estar apoyando el crimen. Este es un movimiento que está
surgiendo de a poco. Nuestra idea no es querer pasar a llevar a las víctimas y
los familiares. Obviamente ya han tenido suficiente dolor. Con todo el respeto
que podamos queremos ser un aporte a la memoria y la verdad, justamente, eso es
lo que queremos nosotros. “
Cuando tenía 35 años vine a Chile a entrevistar a la Viviana Díaz de la
Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos, porque yo estaba realizando
un trabajo en la búsqueda de los restos de Federico García Lorca, en Granada,
en España. Yo conocí primero los crímenes de mi padre y después lo conocí a él.
Después de conocerlo, quise conocer a las víctimas y me puse en contacto con
Berta, la esposa de Faruc Aguad y si hoy estoy acá es más que nada gracias a la
Berta, la esposa de Faruc, porque la Berta se abrió y entendió mi situación.
¿Vives en Europa?
No, ahora ya me radiqué acá en Chile. Yo volví buscando conocer mi
verdadera identidad. Soy hijo de madre soltera y mi mamá “compró” un
apellido, Navarrete, para darme un
nombre completo, así quedé con el nombre de José Navarrete Rovano. Cuando
conocí la identidad de mi padre biológico y supe de sus crímenes, igual vine a
conocerlo con una intención de reconciliación, esperando que pudiera reconocer
los horrendos crímenes que había cometido, se arrepintiera y pidiera perdón.
Esa era un poco mi expectativa (…) conversando con él, en varias entrevistas,
reiteró que no estaba arrepentido de nada (…) Durante alrededor de 5 años me
relacioné con él y con mis hermanas teniendo una buena relación, pero se fue
deteriorando a medida que confirmada que no estaba arrepentido de lo que había
cometido. De todas maneras entablé un juicio para obtener mi verdadera
identidad y lo gané, porque me interesaba demostrar que era su hijo, ya que eso
le da más fuerza a mi decisión de que no por ser hijo de un criminal yo tenía
que aceptar sus crímenes y, por el contrario, debía ayudar a la verdad y la
justicia en materia de derechos humanos. De todas formas no cambié mi apellido,
me sigo llamando “oficialmente” José Navarrete Rovano, pero en mi esencia y
como yo me presento es como Pepe Rovano, con el apellido de mi madre.”
¿Hay alguien más acá en Chile que te acompañe?
“Acá en Chile yo soy el único que ha dado este paso, en Argentina
existe desde hace algún tiempo la agrupación “Historias Desobedientes”. Ahora
hay dos compañeras que han venido desde Argentina para acompañarme y darme
apoyo. Estar presente en este acto tiene que ver también con aportar a la
justicia. En ese sentido, yo entrevisté a mi padre también, tengo grabaciones y
con eso también se aporta al caso y eso tiene que ver con la justicia, y vuelvo
a repetir esta palabra, porque sobretodo en este caso, que es un ejemplo de
impunidad, porque acá hubo condenados, entre ellos mi padre, pero se aplicó la
amnistía. Entonces, por parte del Estado chileno se ha actuado en contra de la
dignidad de esta gente, de los familiares de los asesinados. Yo tampoco quiero atropellar
a los familiares.”
De igual manera, me hizo conocer lo que había escrito y que pensaba leer en esta ceremonia.
En parte de su testimonio manifiesta:
“Quisiera dar las gracias a los familiares e hijos de Mario Alvarado, Artemio Pizarro, Faruk Aguad, Wilfredo Sánchez, Pedro Araya y José Armando Fierro, por permitirme estar acá junto a ellos, recordando a estas personas que fueron asesinadas injustamente en este lugar, el día 11 de octubre de 1973, por creer en una sociedad más justa e igualitaria para nuestro país.
Mientras vivía fuera de Chile me enteré que era hijo del genocida que asesinó a estas personas, del Coronel de Carabineros Rodrigo Alexe Retamal Martínez, el cual fue declarado culpable y condenado a 12 años de cárcel por estos crímenes, condena que no cumplió ya que este caso fue prescrito y amnistiado el año 2008, transformándose en un símbolo de impunidad en nuestro país.
Lo que me trae hasta acá es un proceso personal que se inició hace 10 años, lleno de búsquedas, contradicciones, miedos, apoyos y certezas, y en el que han contribuido muchas personas, familiares, amigos e instituciones públicas(…)Conocí a mi padre por primera vez cuando tenía 35 años, ya que me abandonó antes de nacer. Soy hijo de madre soltera, nací con una identidad falsa y crecí alejado de todo mi pasado.
(…)Para mi sorpresa, cuando lo busqué lo primero que descubrí fueron sus crímenes.
La negación de querer conocer a un asesino fue la primera reacción que tuve, me costó un par de años y varias conversaciones con amigos y familiares, querer conocerlo para escuchar su versión de los hechos.
Al mismo tiempo que descubrí sus delitos, también quise conocer a sus víctimas, para escuchar su versión de los hechos, y para entregarles todo mi apoyo en la lucha que mantenían. Fue en ese momento del 2007 que conocí a Berta, viuda de Faruc Aguad, una de las víctimas de mi padre, una mujer luchadora como pocas, llena de energía y ternura, que me acogió desde el primer momento.
(…)Personalmente les puedo decir que quise reconciliarme con él, pero no lo logré. Siempre tuve la esperanza de que me dijera la verdad, que pidiera perdón, que reconociera sus crímenes, o que al menos presentara un dejo de arrepentimiento…pero nunca lo hizo.
También, cuando le preguntaba sobre el proceso judicial sobre Las Coimas, alzaba con orgullo la mirada y negaba todo lo sucedido. Incluso cuando le mostraba las pruebas de su implicancia, las declaraciones de los testigos, los hechos, siempre lo negó todo.
(…)Este uniformado, mi padre, falleció el año pasado, despedido por su institución con todos los honores de un héroe militar. Ese mismo día supe que me había vuelto a rechazar antes de morir, y con él toda la familia paterna que había conocido y que desde ese momento había perdido.
Manifiesto mi total solidaridad y apoyo a los familiares de las víctimas de mi padre, sobre todo a sus hijos, y pongo a disposición mi testimonio y toda la ayuda legal que pueda ofrecer para que este caso sea re abierto y resuelto de la manera más justa, para reivindicar el honor y la dignidad de estas familias, que durante años han sido maltratados e ignorados en sus demandas por justicia.
Nunca se podrá compensar la tragedia, el dolor y las cicatrices que dejan en una sociedad las violaciones a los Derechos Humanos; y sobre todo esto me quiero dirigir a los de mi generación, a los hijos de la dictadura, los que nacimos en ella, los que conocimos sus abusos y los que por diferentes motivos, hemos silenciado, contribuyendo al manto de olvido y haciéndonos cómplices de un pacto de silencio.
No hay justificación alguna que valide la tortura, el asesinato, el secuestro y la desaparición forzada de personas en cualquier circunstancia o por cualquier motivo.
Este no es un tema pasado, es un tema presente, estamos vivos, las víctimas y los perpetradores; incluso hay hijos y nietos que siguen sin ser escuchados hoy en día, en un país donde aún falta por resolver muchas demandas por justicia
(...) Esto es presente para mí, que he decidido estar aquí, para terminar con esta impunidad, no sólo judicial, sino que también social y mediática, que nos ha hecho creer que esto es anclarse en el pasado.
El silencio te hace cómplice de las acciones que civiles y militares realizaron con la finalidad de exterminar a un grupo de chilenos que no pensaba como ellos.
El silencio aprueba y otorga validez para hablar de “pasado resuelto” invocando un nuevo futuro, olvidando que esta herida no ha sanado y sigue presente entre nosotros (...)”
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| Lilian Furió |
Acompañando a José se encontraban dos compañeras argentinas, integrantes del Colectivo “Historias Desobedientes”, a quienes aproveché de realizarle algunas preguntas. Conversé con Lilian Furió, cuyo padre, Paulino Furió, fue Jefe del G2, División de Inteligencia del Ejército en Mendoza , condenado a cadena perpetua por crímenes de lesa humanidad.
¿Me pueden contar un poco acerca de su organización?
“Cuando aparecimos en una marcha en mayo, junio, la difusión mediática fue muy grande. Ahora hace poco hemos presentado un Proyecto de Ley , a través de la inquietud de un compañero, de los pocos varones que tenemos en la organización, con el objeto de modificar la Ley del Código Penal que prohíbe a los hijos y familiares directos de un genocida, poder declarar en contra en caso de poder tener datos. Y eso queremos poder modificarlo. A él le toca muy de cerca, porque su padre está impune, está libre, y él tuvo una confesión de su propio padre hace algunos años en dónde el tipo le dice que él era el médico que inyectaba a los prisioneros para tirarlos al agua desde los aviones, al rio de la plata, al mar. Se conoce más el circuito ese siniestro desde la ESMA, pero en el caso del padre de él, como en otros casos, muchísimos, miles, lo hicieron desde Campo de Mayo, otro gran centro de exterminio y tortura.
Esto también tuvo una repercusión mediática muy grande nuevamente y cada vez que hay una repercusión mediática aparece un hijo, una hija diciendo “ Yo hace años que quisiera hablar con alguien y pensé que estaba sola...”, entonces se van acercando y nos ilusiona generar una red importante para ser una voz más, dentro de los tantísimos organismos de derechos humanos, que pareciera que son insuficientes en todo el mundo. Nos sentimos en la necesidad de establecer lazos para que se siga manteniendo el tema de Memoria y Justicia en el mundo, porque en su gran mayoría, las administraciones hiper neoliberales, digamos, o de extrema derecha, están ahí urdiendo horrores. Quieren acabar con todo esto a como dé lugar. Quieren poner mantos de piedad y de olvido por estas cosas atroces, respecto de personas que ni siquiera están arrepentidas. Mi padre, en la última sentencia de las tantas que tiene por delitos de lesa humanidad a perpetua, en el último juicio le preguntan si quería declarar algo, lo que es un formalismo, y dijo “sí, que no estaba arrepentido de nada, que volvería a hacerlo”. Entonces de que olvido me vienen a hablar las nuevas administraciones. Hay gente que todavía no puede mirar el horror, sobre todo si son parte de una familia. Lleva muchos años poder enfrentarse con ese monstruo. A mí me llevó muchos años. Yo estaba siempre en contra de la dictadura militar, pero yo me quería creer que mi papá no había hecho tanto, hasta que lo vienen a buscar para procesarlo.
¿Cómo llegaron acá a Cabildo, a este lugar de Las Coimas?
“Nosotros llegamos acá acompañando a Pepe, Pepe Rovano. A raíz de la primera salida mediática que tuvo el Colectivo, por allá por mayo, junio, julio, alguien le comentó esto a él, pues había leído una nota en el diario El País de España y entonces Pepe se puso inmediatamente a buscarnos por las redes, nos contactó, y justamente viaja a Buenos Aires y se reunió con compañeras mías del Colectivo, yo con él estuve chateando. Hace poco tiempo nos avisó que estaba este acto en conmemoración de unos compañeros asesinados, que eran nada más y nada menos que las víctimas de su padre y entonces decidimos venir a apoyarlo. La idea era que él entregara hoy su testimonio acá.”
¿Cuántas son más o menos en el Colectivo en Argentina?
“Activos somos alrededor de 20 personas. Hay compañeros y compañeras que están en diferentes partes del mundo, en Alemania, en Holanda, en Ecuador, en varias provincias de la Argentina van apareciendo más y más. En total seremos entre cuarenta y cincuenta, y obviamente con la ilusión de sumar compañeras y compañeros del resto de Latinoamérica, y también articularnos con organismos de derechos humanos del mundo.Tenemos también una página web en donde pueden conocernos mejor (historiasdesobedientes.com).”
Estos testimonios “desobedientes” constituyen un verdadero grito de rebeldía y dignidad de quienes, través de un doloroso y largo proceso ,buscan aportar a la memoria histórica, a la búsqueda de la verdad, a la lucha por la justicia y a la lucha en contra de la impunidad.
Guillermo Correa Camiroaga, Valparaíso 12 de diciembre de 2017
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