Los chinchineros y las
chinchineras son un patrimonio cultural vivo de nuestro país que se ha
venido trasmitiendo de generación en generación desde los años veinte-treinta-cuarenta
hasta nuestros días. Este arte popular callejero se desarrolló fundamentalmente
en la zona central y especialmente en las ciudades de Santiago y Valparaíso.
Hoy sábado 30 de julio en el local “Valparaíso Profundo” ubicado en el
medio del Pasaje Fisher o de la “Escalera de Colores” del cerro Concepción -un
espacio cultural y patrimonial donde funcionaron los “Baños El Almendro” desde
mediados del siglo XIX y principios del siglo XX, baños públicos para mujeres- se
realizó una actividad abierta a la comunidad como parte de un trabajo de
investigación denominado “Con Bombo y Platillos. Caracterización del
Chinchinero en Valparaíso”, en cuya realización participaron
Camila Guerrero y Daniela Ramírez, presentes en esta actividad, al cual
asistieron niñas y niños de los hogares Arturo Prat y Santa Teresa.
Alejandra Jiménez, a nombre del Valparaíso Profundo, al dar inicio a esta actividad manifestó:
“Estamos culminando el mes de julio con esta hermosa
actividad y estamos felices de tener acá a los chicos del Hogar Arturo Prat y
del Hogar Santa Teresa. Bienvenidos todos y todas y también a los adultos que
los acompañan y al público presente en general. Esta es una tarde muy especial,
porque ustedes ya están viendo aquí a esta señorita. Ella es una Chinchinera y
para quienes no conocen este oficio ella nos va a contar un poco la historia
del Chinchin, va a chinchinear, porque cuando ella toca este instrumento se le
llama chinchinear, entonces ustedes van a poder conocer así un poquito de este
trabajo”
Con una sala repleta, principalmente de
niños y niñas, la Chinchinera Camila Guerrero explicó en qué consistía esta
actividad, expresando:
“Vengo
acompañada de la Dani y vamos a partir esta presentación. Voy a tocar un
poquito, voy a hacer parte de lo que es la rutina chinchinera y después vamos a
ver una cápsula audiovisual que está pensada para los niñes. Cuando este oficio
lo hacemos en la calle o con más cultores es más largo, pero esta presentación
de ahora es para que nos vayamos acercando más al tema. Tocaré los bailes
tradicionales de la rutina que son el vals, el foxtrot y la cueca. Después de
eso vamos a hacer unas actividades con ustedes para aclarar las dudas que
tengan o si quieren darnos sus opiniones. Esta investigación es sobre la
caracterización del chinchinero en Valparaíso. Se trata de entender dónde
podemos encontrar chinchineros, cómo se visten, qué tocan, cómo se llaman las
partes del chinchin y otras características propias de los cultores de esta
zona.”
Con una demostración de este patrimonial oficio Camila Guerrero, actuando con su chinchin en la espalda, mostró de manera hermosa y alegre la forma como ella expresa la música y la danza, al compás de este popular y complejo instrumento que se percute con los pies al mismo tiempo que se va realizando el baile.
Posteriormente se exhibió una cápsula
audiovisual con el trabajo realizado sobre la manifestación chinchinera
en Valparaíso, a través del cual se fueron exponiendo las distintas
características del instrumento, la vestimenta, los bailes que lo acompañan y
los lugares en donde esta manifestación de arte popular urbano se desenvuelve.
Una vez finalizado el documental, Daniela Ramírez realizó una interesante
dinámica pedagógica para estimular la participación de las niñas y niños
presentes. En el interior del sombrero, un elemento característico del chinchinero
y la chinchinera, había varios papelitos con distintas preguntas que
fueron retirados voluntariamente por diversos niños y niñas, preguntas que
guardaban relación con lo planteado en el audiovisual exhibido anteriormente.
Esto generó un gran entusiasmo y participación de las niñas y niños, quienes
además de ir respondiendo grupalmente las preguntas, formularon una serie de
importantes interrogantes que fueron respondidas por Daniela y Camila.
Una de las preguntas planteada fue ¿cómo podemos colaborar para que el chinchinero y la chinchinera siga por muchos años más? Las niñas y niñas respondieron lo siguiente: “apoyarles y darles espacio; que sigan tocando en las calles; invitarles a lugares; que les enseñen a sus hijos y así van a aprender a tocar.”
Camila hizo uso de la palabra para agregar que “este es un oficio propio de nuestra cultura. Como salía en el video, el chinchin, el chinchinero, la chinchinera, es un oficio patrimonial de la zona central de nuestro país, que es de Santiago y Valparaíso. Una buena forma de ayudar que ese oficio permanezca es darle su reconocimiento. Valorar a las personas que se dedican a este oficio ya que son patrimoniales. La forma tradicional es tocar acompañada del organillero. Una de las formas para que este oficio continúe es reconociéndolo y la mejor forma de reconocerlo es que cuando uno vea a una chinchinera, a un organillero, lo primero es ir a verlo y si uno puede colaborar al pasar la gorra lo hace, y si no se puede saludarlo o felicitarlo. Todas esas formas de reconocimiento sirven.”
Como parte final de esta actividad Daniela
y Camila invitaron a las niñas y niños al escenario para enseñarles algunos
ritmos y luego permitir que se colocaran el chinchin en sus espaldas
y pudieran sentir y tocar este patrimonial instrumento popular.
Menciono un par de las preguntas planteadas
por los niños y niñas a Camila y Daniela:
1.-¿Cuándo
empiezan a tocar los chinchineros y las chinchineras en Chile?
“Al puerto de Valparaíso llegan primero los organillos
y luego desde los organillos se desprende este otro oficio. Los primeros
indicios de los chinchineros son en Santiago. Hay más chinchineros en Santiago
y después vienen a hacer itinerancias a Valparaíso. Eso es en el año 1940, más
o menos. Es una tradición que no tiene más de cien años. Dicen que la primera
que tocó un chinchin en Valparaíso fue una mujer, doña Ricarda, así le decían,
es un apodo. En los años cuarenta empiezan a aparecer los primeros cultores en
esta región.
En los años noventa había niñas de tradición que
tocaban, pero cuando las niñas crecían, llegaban a la adolescencia, dejaban de
tocar chinchin. Hubo un tiempo, como veinte años, donde no había mujeres
chinchineras. Ahora pasó que otras personas, que no venimos de tradición, como
yo y otras compañeras, ahora sí hay mujeres chinchineras. Se está produciendo
una reactivación del rol de la mujer en el oficio, lo que es muy bueno.”
2.-
¿Cómo aprendió a ser chinchinera?
“Aprendí en una escuela carnavalera “Chinchitirapie”
que es de Santiago. Aprendí hace muchos años atrás, el 2009, y tuve la suerte
de conocer a un chinchinero de tradición que le decían “El Pepa”. El falleció,
es el chinchinero que tocó con Joe Vasconcellos. Él fue mi maestro y el maestro
de varias otras personas. Después una va aprendiendo y practicando con el
trabajo en la calle. Además, siempre que una toca con los cultores, los de
tradición, una aprende, porque ahí es donde está el conocimiento, ellos tocan
desde chiquititos.”
Al final de esta actividad me acerqué a
conversar con Daniela y Camila para plantearles unas pequeñas inquietudes
adicionales, cuyas respuestas transcribo a continuación:
“Mi nombre es Daniela Ramírez, soy Educadora de
Párvulos y Mediadora de escuela libre. Junto a Camila y otras compañeras y
compañeros participamos en este trabajo de investigación que hoy hemos
presentado en esta cápsula audiovisual.”
“Mi nombre es Camila Guerrero y nosotras hicimos un
proyecto de investigación sobre la caracterización del chinchinero en
Valparaíso, el proyecto se llama Con Bombos y Platillos. Ambas formamos parte
del Equipo de Investigación. Yo como chinchinera y ella como educadora. Yo me
dedico como profesión al oficio de chinchinera y , además, soy profesora de
danza.”
Guillermo Correa Camiroaga, Valparaíso 30
julio 2022
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