Cayó el telón del atractivo y meticuloso
espectáculo electoral del Plebiscito Apruebo-Rechazo cuidadosamente creado por
la institucionalidad neoliberal, y al encenderse las luces del teatro de
operaciones, quienes participaron allí,
se encontraron de golpe con la cruda realidad que se escondía tras las
bambalinas del poder, o más bien dicho se negaron a ver, obnubilados por las
luces de la publicidad plebiscitaria.
De pronto, las anteojeras electorales
institucionales quedaron de lado y mostraron con nitidez el guión escrito con
precisión quirúrgica en el denominado Acuerdo por la Paz y la Nueva
Constitución.
El alto quórum de los 2/3, las dificultades
para que las y los candidatos independientes sean electos como Convencionales,
la intocabilidad de los tratados comerciales internacionales y otros
considerandos estipulados en la letra chica del guión, que a decir verdad no
tenía nada de pequeña ni de ilegible, sino que solamente se le leyó, pero se le
ignoró y se le desechó para acatar las reglas y la cancha definida por el
poder, las élites y la clase política institucional, argumentando de las más
variadas formas que la Convención Constitucional estipulada allí se
transformaría mágicamente por la acción del “aplastante triunfo” del Apruebo,
en un proceso constituyente popular y soberano.
Desde detrás del escenario comenzaron a
reaparecer los personajes políticos de siempre, sin caretas, maquillaje, ni máscaras, y se apropiaron de esta nueva
obra que ha comenzado a escribirse para participar en los nuevos escenarios
electorales que se avecinan. Serán ellos los encargados de los “casting” para
elegir algunos actores secundarios que adornen con nuevos rostros los nuevos
montajes teatrales y ya hay una larga fila peleándose algún cupo para no quedar
excluidos. Ya se pagó la entrada y nadie quiere quedar afuera de este nuevo
espectáculo, y aún cuando se patalee y se llore sobre la leche derramada,
discrepando con el guión elaborado, las anteojeras electorales están por ahí,
prontas a ser utilizadas nuevamente, total, la suerte ya está echada.
También están los otros y otras que con
energía y esperanzas han batallado para inscribir candidaturas independientes,
pero que solo contribuirán, lo quieran o no, a ser las comparsas de esta puesta
en escena que terminará por legitimar a la institucionalidad y la clase
política que rechazaron rotundamente durante la rebelión popular que explotó
el 18 de octubre de 2019.
Pero hay por ahí, en la nebulosa invisibilidad de quienes actúan al margen de esta institucionalidad, otras y otros que piensan que es hora de que los sectores rebeldes terminen con los eufemismos y los conformismos institucionales de corto plazo, para construir en serio un guión distinto, una nueva obra que muestre un camino alternativo, buscando cambiar de raíz el modelo capitalista representado por el sistema neoliberal actual.
El “¿cómo armar esta obra teatral de nuevo tipo?”, es una pregunta válida y compleja, pero que necesariamente debe ser planteada para buscar respuestas colectivas que permitan irla creando y construyendo, con la participación directa y sin intermediarios de las actrices y los actores provenientes de las filas de los oprimidos y explotados, para escribir el verdadero guión de la obra popular que las chilenas y chilenos rebeldes necesitan.
Guillermo Correa Camiroaga, Valparaíso 07
enero 2021
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