Al cumplirse tres meses desde que se iniciara la rebelión
popular, los estudiantes universitarios de Valparaíso agrupados en la CONFECH
llamaron a participar en una marcha el día viernes 17 de enero bajo la consigna
“A NO DEJAR LAS CALLES”. Si bien es notoria la disminución de las y los
participantes en esta últimas movilizaciones, llama la atención la adhesión que
concita entre las porteños y porteños que circulan por las calles de Valparaíso
o se encuentran al interior de los negocios, ya que la gran mayoría de ellos
observa atentamente el paso de la marcha, aplaude, acompaña las consignas, e
incluso algunos se incorporan a la movilización.
Como es tradicional, la marcha se inicio en el sector de la
Plaza Sotomayor, alrededor de las 18 horas, para desplazarse hacia el Congreso
Nacional, recorriendo las principales calles de la ciudad. A la altura del
edificio legislativo intervino la fuerza policial, provocándose enfrentamientos
entre manifestantes y Fuerzas Especiales.
Conversando con Nicolás Kizic Aguirre, arquitecto y artista
peruano de 35 años de edad, autor de este instrumento, relató que:
“Se llama “MOMOPROT”, es un Módulo Móvil de Protesta. El principio es
generar ruido colectivo, unión contra un mismo objetivo. Todo esto se está
trasmitiendo en directo de dos maneras. La primera es a través de una señal FM
pirata, en donde estamos interceptando la señal de una radio facha, como Radio
Agricultura en este caso, en una cuadra a la redonda. La segunda manera como se
trasmite es con el calor y la unión de la gente, que se une de manera
improvisada y se genera realmente una expresión colectiva que es hermosa.
En la página de Facebook de Tsonami Arte Sonoro, respecto
del instrumento creado por Nicolás Kisic, aparece la siguiente reseña:
“ El momoprot es un módulo móvil de protesta, un compañero del
pueblo, una plataforma de descarga, una estación de recarga, una estación de
radio pirata, un nodo de expresión colectiva, es el acorazado del pueblo, es un
módulo de convención rítmica, de reinvención política, de ruido comunitario. El
momoprot incita momentos, pero también los recoge, los difunde, los interrumpe,
los acompaña, los protege y los contiene.
El momoprot fue fabricado con 60 baldes viejos de pintura, un
carrito de supermercado, un poco de madera, una bicicleta vieja, una batería,
dos parlantes, un micrófono, una grabadora de sonido, un transmisor de señales
FM, un trillón de pernos, palos de escoba cortados en trozos de 30 centímetros,
piecitas de goma, algunos cachibaches de fierro y algunas otras piezas que fue
magnéticamente adoptando en las calles de Valparaíso.”
Guillermo Correa Camiroaga, Valparaíso 17 de enero 2020
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