Guillermo Correa Camiroaga, Valparaíso mayo 2019
El proyecto de la Ruta de la Memoria de Valparaíso, iniciado
hace dos años, continúa señalando sitios de detención y tortura en la V Región
como una acción pedagógica de rescate de la Memoria Histórica, que tiene como
objetivo mostrar a las nuevas generaciones y a la ciudadanía en general lo
sucedido durante la dictadura cívico militar,
para impedir el manto de olvido que se intenta construir mediante la
negación y/o el ocultamiento de los
hechos, lo cual representa una forma más de impunidad.
El pasado 11 de mayo se inauguró la novena Placa de la
Enredadera de la Memoria en el N°2614 de
la calle Va Buren, lugar en donde funcionó la Cárcel de Mujeres El Buen Pastor
y que hoy es ocupado por el depósito y las oficinas administrativas de los
tradicionales trolebuses de Valparaíso y por una bodega de alimentos
congelados.
Alrededor de unas 150 personas participaron de un acto
artístico testimonial en donde se relataron las insalubres y precarias
condiciones carcelarias que vivieron decenas de Prisioneras Políticas al
interior de este recinto, denunciando además la complicidad y el maltrato verbal efectuado
por parte de las religiosas de la Congregación del Buen Pastor, y resaltando
que durante el cautiverio nacieron dos niñas, Laura y Paloma, hijas de Presas
Políticas, que permanecieron en prisión junto con sus madres.
Leslie Olivares, quien estuvo detenida en este recinto
carcelario, fue una de las conductoras de este acto de reparación y al dar
inicio a la ceremonia manifestó que: “Nos reunimos en este lugar para recordar,
reflexionar y mantener viva la Memoria. Este Memorial, que en un rato
inauguraremos, es recuerdo imperecedero de vidas, dignidades, cuerpos, familias
y sueños. También huella latente de desapariciones, muertes y torturas
sistemáticas. En la Ex Cárcel de Mujeres Buen Pastor de Valparaíso se
registraron detenciones entre los años 1973 y 1988. La mayor cantidad de
prisioneras se concentró el año 1974. Durante el resto del período comprendido
entre 1975 y 1977 disminuyeron, pero aumentaron en la década del 80.”
Por su parte, Danilo Ahumada, el otro conductor de este
evento, agregó lo siguiente: “Hoy nos convoca el Colectivo de Ex Presas
Políticas del Buen Pastor de Valparaíso y la Mesa de Memoria, Cultura y
Derechos Humanos, quiénes a través de un convenio de colaboración y
transferencia financiado por la Seremi de las Culturas, las Artes y el
Patrimonio de la Región de Valparaíso, han impulsado la Ruta de la Memoria, inaugurando
en distintos territorios de la Región de Valparaíso la escultura “Enredadera de
la Memoria”, del artista local Leandro Silva.
Esta acción de visualización comenzó hace dos años cuando se instaló la
misma obra en el frontis del ex Liceo N°2 de Avenida Brasil, hoy Matilde
Brandau de Ross; continuó con el reconocimiento en Isla Riesco, en Colliguay;
Las Coimas, en San Felipe; Parque Cultural de Valparaíso-Ex Cárcel Pública;
Playa La Ballena, Comuna de La Ligua, donde recordamos la memoria de la compañera
Marta Ugarte; ex Cuartel Silva Palma, ubicado a los pies de Playa Ancha;
Melinka-Puchuncaví; y recientemente, la Base Aeronaval de El Belloto.”
Luego de esta introducción hizo uso de la palabra Alicia
Zúñiga, integrante del Colectivo de ex Presas Políticas de El Buen Pastor, organización
que participa en la Mesa Regional de Cultura, Memoria y Derechos Humanos, para,
entre otras cosas, expresar lo siguiente:
“Este es un momento muy importante para todas nosotras, quienes
estuvimos aquí en este lugar que está a mis espaldas, en lo que fue la antigua
Cárcel del Buen Pastor de Valparaíso. Indudablemente, en tiempos en que se
niega todo, en tiempos en que se quiere borrar la historia de nuestro país, que
se trastocan absolutamente los valores y los principios que hicieron que
hombres y mujeres tuvieran que pasar por las cárceles, por los campos de
concentración, que fueran muertos, asesinados, hechos desaparecer, en estos
tiempos que vivimos, es muy importante que nosotros podamos recuperar la
Memoria, nuestra identidad como pueblo(…) Lograr que se reconozcan, en forma
simbólica, aquellos lugares que fueron centros de detención y tortura, aquellos
lugares en que fueron asesinados hombres y mujeres en nuestro país, que sean señalados para que las nuevas generaciones
conozcan verdaderamente la historia. Este esfuerzo es el que hoy se cristaliza
con esta Placa, con esta Enredadera de la Memoria, que es la Memoria
fragmentada, dispersa, que nosotros no nos cansamos por lograr unir.”
En esta Actividad de Memoria estuvieron presentes diferentes Organizaciones de Derechos Humanos
provenientes de San Felipe, Quillota, Quilpué, Viña del Mar, Valparaíso, como
asimismo autoridades regionales y representantes de organizaciones sociales y
populares. A nombre de la Alcaldía Ciudadana intervino la Encargada de
Patrimonio de la Municipalidad de Valparaíso, María José Larrondo, para
entregar un reconocimiento a la labor desarrollada en el rescate de la Memoria
Histórica y un saludo a nombre del Acalde Jorge Sharp. “Este proceso de contar la historia hace referencia la palabra resiliencia, que es una palabra muy
bonita y que se refiere a salir de este dolor haciéndolo todos juntos,
porque este es un dolor que quebró al país, no es un dolor de cada una por
separado”, manifestó.
Después de estas intervenciones, la comprometida cantora
porteña Bernardita González, junto al guitarrista Orlando Silva, deleitó y
emocionó a las y los asistentes con su melódica voz cargada de sentimientos, comenzando
su presentación con la hermosa canción de María Elena Walsh “La Cigarra”, que
inicia con las palabras “Tantas veces me mataron/Tantas veces me morí/Sin
embargo estoy aquí resucitando…”
La actividad continuó con un saludo entregado por Francia
Jamett, encargada de la Unidad de Memoria y Derechos Humanos de la
Subsecretaría de las Culturas y las Artes, quien en parte de sus palabras se
refirió a la prisión política y género, remarcando que “Lamentablemente las cárceles y
lugares en donde estuvieron detenidas mujeres y niñas han sido invisibilizadas
por la historia de la Prisión Política en Chile. Han sido las propias mujeres,
las Ex Menores, que se han agrupado, congregado, como acá, para darle
visibilidad.”
Las numerosas mujeres que estuvieron detenidas en la Cárcel
el Buen Pastor de Valparaíso llegaron allí después de haber estado secuestradas
y torturadas en otros lugares de la V Región, especialmente el Cuartel Silva
Palma y la Academia de Guerra, en donde muchas de ellas sufrieron, además,
brutales vejámenes sexuales.
Patricia Pulgar, sobreviviente de estos recintos y ex
Prisionera Política del Buen Pastor, en el testimonio entregado durante la
realización de este acto manifestó:
“La Cárcel de mujeres el Buen Pastor fue administrada por la
Congregación del mismo nombre. Allí se recluyeron mujeres por razones de orden
político durante la dictadura cívico militar, luego de haber pasado por
distintos centros de tortura de las Fuerzas Armadas y de Orden, como el Cuartel
Silva Palma, Academia de Guerra Naval y barcos como el Lebu y La Esmeralda.
Este era un lugar de total insalubridad. Ocupábamos unos cuartos que servían de dormitorio, tanto para las
presas comunes como para nosotras las presas políticas, con un nivel de
hacinamiento mayor, ya que en la pieza
asignada a nosotras había 10 literas por lado más una litera en el pasillo y
dos cunas, una para Paloma y otra para Laura, hijas de nuestras compañeras que
nacieron estando sus madres presas(...) Las monjas pasaban sus rondas haciendo
comentarios, como “por meterse en cosas indebidas están aquí”, o cuando una
estaba leyendo decían “aprendan a tejer mejor en lugar de estar leyendo
leseras que le envenenan la mente”(...)
El lugar, con dos baños asquerosos para nosotras que llegamos a ser 40 o más,
contribuía a que apareciera sarna, piojos e infecciones varias. Una ducha con
agua helada de la cual casi no salía agua; una cocina que de higiene no tenía
nada, y el famoso patio de luz, inhóspito, lúgubre, helado, con su piso de
cemento sucio(...) En este lugar desastroso vivimos en una época en que
nuestras vidas fueron truncadas por la dictadura, en donde pasamos penas,
dolores y frustraciones cuyas consecuencias emocionales se manifiestan en diferentes momentos de la vida hasta el
día de hoy, y también donde hicimos amistades que perduran hasta hoy, donde
entendimos que nuestro sueño de luchar por un mundo mejor no estaba errado. Por
lo mismo, también supimos sobreponernos a las condiciones adversas que se nos
imponían y realizamos actividades culturales y creativas, que buscaban desarrollar
la solidaridad y la resistencia. Conocimos el mundo de las presas comunes,
lleno de injusticias y vejaciones, y tuvimos que aprender a convivir con ellas
y compartir, en aquel sórdido espacio (...) Porque creemos firmemente que la
historia la escribimos todas y todos,
hoy perpetuamos este lugar como Sitio de Memoria de un pasaje oscuro y
aberrante de nuestro país.”
Mientras Patricia Pulgar entregaba su testimonio, una banda
de guerra de un colegio que volvía del desfile del mes de mayo, resonó fuerte
en las calles aledañas a donde se estaba realizando el acto, transformándose en
un simbólico eco, que como expresó Leslie al continuar conduciendo la actividad
“cuesta olvidar esos sonidos que están
instalados en nuestra dolorosa memoria.”
La participación del cantautor Rodrigo Sepúlveda, estudiante
de Música de la Universidad de Playa Ancha y oriundo de la localidad de Graneros,
diluyó e hizo olvidar los desagradables sonidos marciales de la banda
estudiantil, interpretando canciones de Silvio Rodríguez.
La ceremonia concluye con la inauguración formal de este
Sitio de Memoria por parte de un grupo de ex Prisioneras Políticas de la Cárcel
del Buen Pastor de Valparaíso, quienes se dirigieron hasta el Memorial ubicado
sobre la vereda, portando flores en sus manos, para proceder a destapar la
Placa de la Enredadera de la Memoria y luego depositar claveles rojos sobre la
misma.
Este Memorial ,como
manifestó Leslie Olivares, es ”una contribución a la lucha por la Verdad,
la Justicia y el rescate de la Memoria en nuestra ciudad, que permitirá relevar la violencia de género
en su expresión política y, de esta manera, educar a las nuevas
generaciones en los valores que otorga
una cultura basada en el respeto a los Derechos Humanos.”
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