La “Enredadera de la Memoria” extendió sus ramas de dignidad
en el frontis de la Escuela de Ingenieros Militares de Tejas Verdes, regimiento
que para el 11 de septiembre de 1973 estaba al mando del Coronel Manuel
Contreras Sepúlveda, quien fue el creador e impulsor de la siniestra Dirección
de Inteligencia Nacional (DINA). Este recinto militar constituye la cuna de
este organismo represivo y junto con el Campo de Concentración de Rocas de
Santo Domingo, se transformaron en la
escuela de formación de los torturadores y criminales que acometieron horrendas
violaciones de los Derechos Humanos en contra de miles de chilenas y chilenos. También fue en la
provincia de San Antonio donde se realizaron los primeros “vuelos de la
muerte”, arrojando al mar y haciendo desaparecer a los militantes del MIR
Ceferino Santis, Gustavo Farías, Florindo Vidal, y al militante Socialista Luis
Norambuena .
Los brotes de la Enredadera de la Memoria continúan
extendiendo sus ramas en distintos Sitios de Memoria de la V Región, y este
Memorial de Tejas Verde-San Antonio es el décimo Sitio de Memoria señalado,
que permite dejar un testimonio
histórico del horror que ocurrió en estos lugares durante la dictadura
cívico-militar.
La dignidad de los y las sobrevivientes, la dignidad de las
y los luchadores sociales y militantes políticos que fueron ejecutados,
asesinados, hechos desaparecer, como asimismo la dignidad y la lucha que
continúan desarrollando sobrevivientes, familiares e integrantes de
organizaciones de Derechos Humanos para mantener viva la lucha por la Verdad,
por la Justicia y el castigo a los culpables para impedir la Impunidad, quedó
materialmente plasmada con esta obra del artista porteño Leandro Silva,
instalada en la plaza que se ubica frente al Regimiento Tejas Verdes.
La Fundación por la Memoria de San Antonio y la Mesa Social
de Memoria, Cultura y Derechos Humanos de la V Región, con el apoyo del
Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, inauguraron este nuevo
Memorial en el sector de Tejas Verdes, localidad de Llo-Lleo, en la comuna de
San Antonio, el día sábado 25 de mayo
2019, con un acto artístico-testimonial que contó con la presencia de
sobrevivientes de estos campos de detención, tortura, muerte y desapariciones; familiares de
víctimas de la represión, integrantes de organizaciones de Derechos Humanos,
vecinos y vecinas de San Antonio, como también con el Jefe de la sede de
Valparaíso del Instituto Nacional de
Derechos Humanos, Fernando Martínez,
Carolina Arce, en representación de la Seremi de las Culturas y las
Artes, y la Diputada Camila Rojas, representante del Distrito 7 que incluye la Comuna
de San Antonio
Juan Olivares Meza, Periodista, fue el conductor de esta
actividad y al dar inicio a la misma expresó:
“Nos reunimos en este lugar con la responsabilidad de recordar, de
reflexionar y con nuestra convicción profunda de mantener viva la memoria.
Porque finalmente este Memorial que estamos a punto de inaugurar, debe
convertirse en un recuerdo imperecedero de la dignidad de las familias, de los
cuerpos, de las vidas y de los sueños que en este mismo lugar fueron
arrebatados. También ha de ser este espacio una huella latente de las
desapariciones, de las muertes y las torturas sistemáticas a las que fueron
sometidos y sometidas hombres y mujeres, “cuya culpa” fue creer en una sociedad
distinta.
Y precisamente por las razones que aquí invocamos, no podemos pasar por
alto que resulta por lo menos paradigmático que mientras instalamos en el
frontis de este Regimiento una Placa que recuerda la implementación de la
tortura, la muerte y la desaparición de personas, como un mecanismo de
represión de la dictadura cívico-militar en este Regimiento, en el Cuartel N°2
de Prisioneros y en el Balneario Popular de Santo Domingo, que estuvieron al
mando de Manuel Contreras, condenado a más de 500 años de cárcel por
violaciones a los Derechos Humanos, a pocos metros de donde estamos, en el
patio y salas de este Cuartel Militar, al igual que en la Academia de Guerra
del Ejército, existan cuadros y fotografías homenajeando al criminal.
Terminar con estas dualidades es una tarea pendiente y urgente.
San Antonio, nuestro puerto, es un ícono triste de la represión
política y la violación a los Derechos Humanos durante la dictadura
cívico-militar. En el lugar donde nos encontramos se constituyó el Triunvirato
Experimental de Manuel Contreras, que operó desde el 11 de septiembre de 1973 y
se extendió durante los primeros años del régimen de facto. Esa trilogía
nefasta estuvo compuesta por el Balneario Popular Rocas de Santo Domingo,
convertido en centro de detención, tortura y desaparición, donde recibieron
instrucción quienes se convirtieron en
integrantes activos de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA); el
Campamento de Prisioneros N°2, ubicado en el actual Cuartel 2 de este Regimiento,
donde se mantuvieron recluidos los considerados opositores a la dictadura; y el
Casino de Oficiales de esta Escuela de Ingenieros Militares, lugar donde se
acreditó la realización de sesiones de interrogación y tortura.”
En representación de la Fundación por la Memoria de San
Antonio hizo uso de la palabra Isabel Soiza, quien en parte de su intervención
manifestó: “Estamos hoy acá ejerciendo nuestro derecho a la Memoria. Re
significando este lugar. Estamos contentos por esto por cierto, pero cabe
preguntarse ¿por qué tuvieron que pasar 46 años? Cuarenta y seis años tuvieron
que pasar para marcar este sitio como parte de un rito de reparación. Es
necesario y urgente que nos hagamos cargo de nuestra responsabilidad ética con
la Memoria y los hechos históricos ocurridos en nuestra ciudad (…) Tenemos la
utopía de los viejos, la utopía de los jóvenes. Tenemos la fuerza para derrotar
la indiferencia. Tenemos la Justicia en el alma y la vida por recordar.”
Posteriormente, a nombre de la Mesa Social de Cultura,
Memoria y Derechos humanos de la V Región, la compañera Tehualda Tapia,
integrante, además de la Colectiva “Bordadoras por la Memoria”, valoró el
trabajo mancomunado que ha permitido ir cumpliendo estas importantes metas en
materia de Derechos Humanos y en la recuperación de la Memoria Histórica, resaltando
el hecho de que el Balneario Popular de Rocas de Santo Domingo, fue un sitio
donde “el gobierno del compañero Salvador Allende cumple con la Medida N°29
de su programa”, que significó entregar una lugar de recreación y
felicidad para las familias de obreros, pero, paradojal y siniestramente, nos
dice “ese
hermoso lugar donde solo cabía el amor, la felicidad y la esperanza, se
transforma primero en un centro de adiestramiento para los torturadores más
abyectos conocidos en Chile y el mundo, y luego pasa a ser una lugar de
detención, tortura y muerte para cientos de compañeros y compañeras.”
La ceremonia continuó desarrollándose en las afueras del
Regimiento de Tejas Verdes y a unos cincuenta metros de la Placa de Memoria, a
la entrada de la Escuela de Ingenieros,
un grupo de militares realizaba trabajos al interior del recinto y
algunos de ellos, cada cierto tiempo, se detenían a escuchar y mirar con curiosidad
hacia el lugar donde se estaba realizando el acto.
El acto continuó con la participación de la Colectiva
“Círculo de Mujeres Agua Lunar”, en donde María José, Marcela y Verónica
realizaron una emotiva performance a tres voces, leyendo dos textos y el poema
“Somos Hijas del Dolor”. En parte del primer
y segundo texto declamaron: “Asumimos con profunda convicción el
resguardo de tu memoria y el de otras mujeres que hoy ya no están con nosotras,
para asegurarnos que aquí no exista el olvido, para honrar la lucha de las que
nos precedieron, para que aquí en Tejas Verdes las nuevas generaciones sepan y
reconstruyan lo que aquí pasó y se abran las puertas de la verdad y la justicia
(…)“Es demasiado duro recordar, incluso pasado el tiempo. Pensamientos e
imágenes escondidas o guardadas como una parte íntima; el lugar donde es mejor
no llegar. Cerradas con una llave que a veces se abre sin previo aviso.
Entonces la sensación de encierro vuelve y también las amarras en las muñecas y
los tobillos, como si estuviera en ese momento otra vez ahí. Son los recuerdos
del cuerpo.”
Poema “Somos Hijas del Dolor”:
“Aquí paradas una vez más/ frente a la inmensidad de los flujos del
agua/ qué más grande que estos movimientos del alma/ que como mar de nuestras
costas se mueven en el interior/se prenden/ se abren/ se manifiestan como fuego
y llama viva./ Nos detenemos para escuchar la memoria hablante/ y miramos
adentro de esta célula/ de este territorio/ de nuestra casa/en el borde de Los
desbordes de la violencia./ Nos atrevemos a mirar adentro/ y hay muertes,
gritos, sangres, tortura y dolor./ Se despierta la memoria viva./Se abren los
ojos del corazón/ y es tan fuerte la visión que retumba en nuestro cerebro:/ la
espada atravesada/el cigarro en la piel/el abuso/la violación, el frio, el
hambre y la sed/ el ahogo, el pánico, el miedo y el horror/el asco, el vómito y
el terror./Y lo grabamos en nuestro corazón porque respiramos nuestra
historia/la lloramos, la sentimos, la repudiamos y lo declaramos con todas
nuestras fuerzas./ También somos hijas del dolor/porque el centro de nuestra
fuente/ de la batería de nuestros principios éticos y práctico/hemos recibido
las flechas con los mensajes de nuestras guerreras/que atraviesan los tiempos/
de todas aquellas que murieron por nosotras/lucharon por nosotras/y las que
están vivas dándonos la señal del camino de lo fundamental que es práctica de
los/derechos de los y las humanas./ Porque su dolor es nuestro dolor./ Pero
este dolor es de fuerza y calor, de convicción y nobleza./ Llenaremos las
heridas con el amor/ con la profunda luz/brillante diamante infinito de la
admiración con la que bordamos la memoria./Cada vez que tome la mano de mis
compañeras para recordar a las detenidas y desaparecidas/cada vez que somos
capaces de alzar la voz por las injusticias/ cada vez que mantengamos vivo el
relato de lo que aquí aconteció/Porque somos parte de las enredaderas de luz y
de la estela que ha dejado su lucha por nosotras”.
Luego de esta impactante declamación, Carolina Arce, en
representación de la Seremi de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, entregó
un saludo reafirmando el compromiso de continuar este proceso de recuperar los
sitios de memoria para que estén al servicio de toda la comunidad, agregando: “Las
caras de todos quienes están aquí representan el trabajo incansable de
recuperar la Memoria. Este proyecto está enmarcado en el principio de Memoria
Histórica presente en el Ministerio de Cultura, las Artes y el Patrimonio, y
este principio vigente hasta el día de hoy es el de reconocer a la Memoria
Histórica como pilar fundamental de la cultura y del patrimonio intangible del
país, que se crea, re-crea y proyecta a sí misma como un permanente respeto por
los Derechos Humanos, la diversidad, la tolerancia y la democracia”
El testimonio entregado por Ana Becerra, sobreviviente de los
campos del horror de San Antonio, emocionó fuertemente a las y los asistentes a
esta ceremonia. Transcribo a continuación algunos pasajes de su relato:
“Yo soy Ana Becerra, tengo 63
años, conozco este lugar desde los 10 años. Solía venir a la piscina que
quedaba dentro del regimiento, durante algunos veranos, hasta que a los 17
años, este espacio que era para mí un lugar de entretención, se transforma en un
lugar de sufrimiento al ser detenida el 16 de septiembre de 1973 (…) Durante la
estadía en el Campo las dinámicas de vida consistían en esperar el llamado para
ser sacada a tortura. Esto ocurría a cualquier hora, donde aparecía un militar
con una lista y a viva voz iba nombrando a los elegidos. Si te nombraban, te
sacaban del Campo hacia el camino entre el Campo y las edificaciones de los
militares. En ese momento aparecía una camioneta tipo frigorífico y nos
encapuchaban, nos amarraban y nos hacían subir a la camioneta. Ahí comenzaba el
viaje hacia la Escuela de Ingenieros
Militares, más precisamente al subterráneo del Casino de Oficiales, lanzándote
a unas celdas húmedas, en espera del turno para pasar a la sala de torturas.
Las sesiones no tenían duración fija, pero me gustaría aclarar que la violencia
que recibimos las mujeres fue siniestra, primero por la violencia sicológica,
luego la física y finalmente la violencia sexual, solo por el hecho de ser
mujer (…) De esos días mis recuerdo más latente es la noche en que los
compañeros del MIR son sacados del Campo de Prisioneros sin saber su destino,
solo hasta hoy que sabemos que son parte de los Vuelos de la Muerte(…) en marzo
del 75, me vuelven a detener en Peñaflor, me van a buscar a la casa de mis padres
y antes de llegar a ningún lado me vendan los ojos con cinta adhesiva, me suben
a un auto, me ponen lentes de sol y emprendemos un largo viaje. Al llegar a
destino me bajan del vehículo y me doy cuenta que bajo mis pies hay arena y a
mí costado escucho el ruido del mar. Me recibe el entonces Capitán Mario Jara Seguel, quien me recita o
lee mi vida política hasta el más mínimo detalle; no olvidemos que Jara Seguel
fue la mano derecha de Manuel Contreras (…) Al llegar a las cabañas
inmediatamente fui amarrada de pies y manos en la cama de un camarote y con un
militar punto fijo a mi lado (…) La vida transcurría entre torturas y amarras
(…) Luego de estos 45 días fui trasladada junto a otros prisioneros a Villa
Grimaldi, de ahí a 4 Álamos y posteriormente a 3 Álamos, desde donde salgo en
libertad, pero con el plazo de 10 días para abandonar el país.
Concluyo hoy diciendo que en estos tres lugares de esta provincia en
donde estuve prisionera, que hoy vivo y habito, fue y sigue siendo el
“Triunvirato de la Muerte”. Luego de más de 40 años de sucedidos los hechos
podemos confirmar que Santo Domingo fue la escuela de formación en tortura de
la DINA.”
El desgarrador testimonio entregado por Ana Becerra, constituye
un ejercicio de Memoria Viva que permite conocer parte de las atroces
violaciones de los Derechos Humanos y crímenes de lesa humanidad cometidos por
agentes del Estado al servicio de la dictadura cívico militar encabezada por
Augusto Pinochet.
La presentación el grupo musical “Árbol Rojo”, formada por compañeros
que siempre han estado presentes en las distintas actividades de Memoria y Derechos
Humanos que se han realizado en San Antonio, permitió, de cierta manera,
reponerse de las emociones provocadas al escuchar el testimonio anterior.
Como parte final de esta ceremonia, mujeres y hombres
sobrevivientes del oscuro período dictatorial, se acercaron hasta la Placa de
la Enredadera de la Memoria para proceder a destaparla e inaugurarla,
depositando claveles en ella, mientras el dúo musical “Cactus Andante”
interpretaba algunas canciones como cierre de esta acción viva de Memoria
Histórica.
Guillermo Correa Camiroaga, San Antonio 25 de mayo 2019
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