Seis sobrevivientes de prisión política y tortura entregaron
sus testimonios a bordo del Buque Escuela Esmeralda en una diligencia realizada
por el Ministro Jaime Arancibia el día martes 23 de octubre del 2018, en el
marco de la investigación de ocho denuncias por torturas ocurridas a bordo del
barco. Dicho procedimiento duró alrededor de dos horas, iniciándose alrededor
de las 10 de la mañana.
A unos cien metros desde la entrada del molo de abrigo se
encontraba atracada la “Dama Blanca”, y los seis ex prisioneros políticos,
cinco hombres y una mujer, esta vez subieron a bordo en calidad de testigos,
para confirmar en esta visita ocular las declaraciones entregadas al Ministro
Arancibia, recorriendo los distintos lugares del Buque Escuela Esmeralda donde
estuvieron detenidos, fueron interrogados y sometidos a torturas, como ellos
mismos denuncian, hace 45 años atrás.
El exagerado tiempo transcurrido desde la ocurrencia de los
hechos investigados son una señal objetiva de la impunidad de que han gozado
quienes cometieron horrendas violaciones de derechos humanos. El dicho popular
“la justicia tarda pero llega” es muy certero en esta oportunidad y esto se
debe – y es importante resaltarlo – al coraje, la dignidad y la rectitud
profesional con la que ha actuado el Ministro Arancibia, que no ha dudado en
buscar la verdad y la justicia, utilizando las armas del Derecho, más allá de
las limitaciones y dificultades que pueda haber encontrado en este camino.
En la cubierta del Buque Escuela Esmeralda fueron entregados
los primeros testimonios, para seguir luego recorriendo pasillos estrechos,
escaleras empinadas, recovecos y espacios más amplios, mientras se percibía en
el ambiente una templada sensación de humedad, un leve olor “azumagado”, a
medida que se descendía bajo la cubierta.
El Ministro Arancibia junto a sus Actuarias acompañaba a las
víctimas en este recorrido, mientras un equipo del Departamento de Derechos
Humanos de la PDI realizaba detallados
registros audiovisuales de la diligencia.
La Enfermería con sus seis camas distribuidas en res literas
de dos puestos cada una, el pabellón quirúrgico, los dormitorios de los
guardiamarinas, la sala de máquinas, la cámara de oficiales y otros sectores
del barco, fueron señalados por los testigos en este reconocimiento ocular,
bajo la atenta y profesional conducción del Ministro, entregándole detalladas
descripciones de sus vivencias a bordo, con relatos cargados de emociones que
no podían ser controladas por los ex presos y presas al volver a pisar los lugares concretos en donde
sus vidas cambiaron para siempre, un lejano septiembre del año 1973, reviviendo
momentos tremendamente dolorosos sufridos en situaciones de indefensión
absoluta. Los rostros de algunos jóvenes marinos que presenciaban la
diligencia, aún cuando se percibía que trataban de permanecer neutrales, no
podían esconder la conmoción causada mientras escuchaban los relatos. Ser
testigo presencial de las situaciones narradas en primera persona, por parte
quienes padecieron situaciones dolorosas y vejatorias, estremecen los cimientos
emocionales de cualquier ser humano.
El primer testimonio fue entregado por Sergio Vuscovic Rojo,
Alcalde de Valparaíso hasta el 11 de septiembre de 1973, quien con sus 88 años
de edad, aun cuando se apoyaba con un bastón para caminar, mostró una firmeza y
lucidez admirable durante toda la diligencia. Luego continuaron entregando sus testimonios
los otros cuatro varones y la única mujer presente en este trámite judicial,
María Teresa.
Si bien se han producido algunos cambios y remodelaciones al
interior del barco, como por ejemplo la separación del dormitorio de los
guardiamarinas para albergar a mujeres y hombres, los testimonios entregados
por los ex prisioneros y prisioneras políticas fueron concordantes y
permitieron corroborar las declaraciones entregadas por ellos ante el Juez.
La diligencia judicial realizada en el Buque Escuela
Esmeralda constituye un hecho histórico, que proporciona una nueva pieza al
rompecabezas de la Memoria, en la búsqueda de la Verdad y la Justicia. La
Memoria, a través de todas sus manifestaciones, constituye un acto de
resistencia en contra del olvido y de la
impunidad.
Guillermo Correa Camiroaga, Valparaíso 25 octubre 2018
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