Hace algunos días estuve revisando material
en la hemeroteca de la Biblioteca Severín de Valparaíso y hojeando la Revista Qué Pasa N° 134, del 16
de noviembre de 1973, me encontré con una pequeña nota relacionada con el Buque
Lebu dentro de la sección nacional, en una página denominada “Por el Ojo de la
Llave Bajo el título “DETENCIÓN SALUDABLE” y una
fotografía del navío, hay una nota, con el subtítulo “El Lebu, prisión saludable”,
la que transcribo a continuación:
“Puede que sufran de mareo, pero por lo menos respiran el
saludable aire marino: los detenidos por las autoridades militares en
Valparaíso se encuentran en estos momentos en dos barcos solicitados a la
Compañía Sudamericana de Vapores, uno de ellos el Lebu. Ambos están fondeados
en la rada y bajo celosa custodia naval.”
Este es un indignante botón de muestra de
cómo la prensa oficial manipulaba y tergiversaba lo que estaba sucediendo en el
país en relación con las brutales violaciones a los Derechos Humanos que
sufrían miles y miles de chilenos y chilenas. El Director de la Revista en ese
momento era Gonzalo Vial.
“El buque “Lebu” fue utilizado como centro de detención
y tortura desde Septiembre de 1973 hasta 1974. De acuerdo con la información
otorgada por la Cruz Roja Internacional, en noviembre de 1973, había alrededor
de 324 presos políticos en el "Lebu". La Comisión Rettig informa que:
“en estos barcos, algunos prisioneros estuvieron en camarotes, aunque la gran
mayoría permaneció en sus bodegas, en condiciones de gran hacinamiento y total
falta de higiene y servicios mínimos. Respecto del "Lebu",
la Cruz Roja Internacional, después de su visita del 1º de octubre de 1973,
confirmó estos hechos señalando: el aislamiento del exterior en que se
encontraban los detenidos por ignorar su familia su permanencia allí; la
regular calidad e insuficiencia de la comida; y, en general, las pésimas
condiciones de detención. En dicha motonave se practicaron torturas y malos
tratos a los prisioneros.
Testimonios de hombres y mujeres que permanecieron detenidos en el buque “Lebu” dan cuenta, en detalle, de los malos tratos y torturas padecidos, destacándose la agresión y vejación sexual a las mujeres. Los testimonios corresponden a personas que presentan, hasta el presente, secuelas físicas, algunas de extrema gravedad derivadas de las torturas recibidas durante su detención.”
Testimonios de hombres y mujeres que permanecieron detenidos en el buque “Lebu” dan cuenta, en detalle, de los malos tratos y torturas padecidos, destacándose la agresión y vejación sexual a las mujeres. Los testimonios corresponden a personas que presentan, hasta el presente, secuelas físicas, algunas de extrema gravedad derivadas de las torturas recibidas durante su detención.”
En parte del testimonio entregado por Omar Marín, quien fue
detenido a mediados de septiembre del año 1973, siendo en ese entonces alumno
del Liceo Eduardo de la Barra, manifiesta lo siguiente (…) En la mañana nos sacan en el
mismo camión y empiezan a dar vueltas por los cerros…sabíamos que íbamos para
el lado del mar, pero no hacia adónde….nunca nos imaginamos que íbamos a llegar
al molo…ahí nos hacen bajar y ahí viene lo pesado del secuestro, porque el
cambio fue muy brutal…con bayonetazos, patadas nos hacen tirar al suelo…sobre
el cemento… Nos hacen subir al buque pegándonos culatazos, patadas, nosotros
íbamos con las manos en la cabeza subiendo por el tablón hacia la cubierta del
Lebu. Allí nos hicieron tirarnos al piso...después nos hacen pararnos a
patadas, combos y culatazos y nos llevan hasta la orilla de una bodega que
había…cuando me doy vuelta para bajar y afirmarme de la escalerilla me pegan en
la mano derecha y me quiebran este dedo, me queda colgando y llena de sangre la
mano que me pisaron…en el medio de la bodega había unos tambores de aceite
partidos por la mitad, que eran los tachos para orinar y obrar…en la noche nos
acurrucamos sobre las latas para dormir, como perros, sobre la lata pura, el
fierro puro….de repente llamaban a distintas personas para que subieran para
tortura…la sed y el hambre empiezan a consumir y a desesperarte, eso fue por
tres a cuatro días…nos hacen subir a comer después de estos días, en un tiesto
metálico, era una sopa con unos porotos y unos bichos, eran como 5 o 6 porotos
con gorgojos…nos hacían salir de noche, cosa que no se dieran cuenta que había
un buque con gente arriba…. en el día hacía calor y en la noche frío, eran los
dos extremos en esa bodega. El hedor que salía de los tarros era muy fuerte…
los subían y a veces nos hacían formar para soltar los excrementos y orina
sobre nosotros…estuve 15 días allí.”
Omar Marín Cárdenas falleció el 9 de marzo de 2018, producto
de un infarto, a la edad de 63 años, luego de haberse sobrepuesto a un cáncer
que lo aquejaba. Al momento de su
muerte, Omar participaba activamente en la Agrupación de Ex Menores Víctimas de
Prisión Política y Tortura de Valparaíso. Es muy probable que su corta vida y
las enfermedades que lo aquejaron, tengan mucho que ver con su paso por esa
“prisión saludable” en el Buque Lebu, como vergonzosamente la define la nota de
la Revista Qué Pasa mencionada al inicio
de esta crónica.
Guillermo Correa Camiroaga, Valparaíso 28 junio 2019
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